“…Simón, Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo…” Lucas 22:31
De todos los discípulos
de Cristo, Pedro era el único que creía
que él no iba a caer. Pero lo hizo, y a lo grande. Jesús le dijo: “…Satanás os
ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu
fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.” (Lucas 22:31-32).
Fíjate en estas tres importantes verdades:
1) Todos podemos caer. No creas la mentira de “si de verdad
fueras cristiano, no habrías caído así”. Cuando Dios te salva, tu espíritu
cambia inmediatamente, pero hasta que se sometan al control de Cristo todos tus
sentimientos, apetitos y deseos, seguirás luchando en ciertas áreas. Esto no
tiene nada que ver con tu salvación pero sí está relacionado directamente con
la madurez espiritual.
2) Debemos estar dispuestos a arrepentirnos. El problema de la
tentación es que suele empezar como algo que nos da placer. Crees que estás en
control y cuando caes en la trampa tratas de salir de ella por tus propias fuerzas.
Pero no funciona así. La Biblia
firma “…Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes”
(Santiago 4:6 CST). La gracia de Dios es para los arrogantes. Sólo se la da a
los humildes, a los corazones arrepentidos.
3) Una vez que somos libres, conservamos esa libertad
ayudando a los demás. Dios nos saca de una mala situación para ponernos en una
buena; de no ser así, buscaríamos a nuestros antiguos contactos. Por eso, la
manera de conservar lo que tenemos es dándoselo a los demás.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")