"Señor, digno eres de recibir la gloria, la honra y el
poder..." Apocalipsis 4:11
En el libro de
Apocalipsis, Jesucristo está llamando a la puerta de las últimas siete
iglesias, pidiéndole que le dejen entrar. ¡Increíble! ¿No le echaban de menos
los que estaban adentro? Es aterrador pensar que es posible levantar una gran
institución y llamarla iglesia, pero una donde Jesús queda al margen de su
mensaje y actividades. El baremo de un ministerio cristiano es el lugar que le
concede a Cristo. Es posible igualmente hacer hincapié en una vida llena del
Espíritu y producir creyentes llenos del Espíritu pero que no le dan el
debido lugar a Cristo. Y también podemos limitar el cristianismo a
ciertos principios empresariales que son efectivos tanto en el mundo secular
como en la iglesia.
El apóstol Juan, autor
de Apocalipsis, vio a Jesús sentado en un trono. Luego oyó las voces de una
multitud que cantaba: "El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el
poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la
alabanza" (Apocalipsis 5:12). Y era una multitud de gente muy diversa:
"A todo lo creado que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la
tierra y en el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, oí decir: «Al que
está sentado en el trono y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y
el poder, por los siglos de los siglos»." (Apocalipsis 4:13). Londres
contaba en una época con dos grandes predicadores. Cuando una señora fue a
escuchar al primero, el Dr. Joseph Parker, salió diciendo: '¡Qué buen
predicador!' Después de escuchar al segundo, Charles Spurgeon, comentó: '¡Qué
Cristo tan maravilloso!' ¿Amas a Dios por encima de todo? Si murieras y
exhumaran tu cuerpo, ¿encontrarían Su nombre inscrito en tu corazón?
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")