“Por la fe Enoc fue traspuesto” Hebreos 11:5
Esta es una verdad
increíble, casi más allá de nuestra comprensión. Toda la fe de Enoc estaba
enfocada en el único gran deseo de su corazón: Estar con el Señor. Enoc ya no
podía resistir el estar detrás del velo, él tenía que ver al Señor, así que
Dios lo traspuso en respuesta a su fe.
Nuestro hermano Enoc no
tenía Biblia, ni himnario, ni maestros, ni llenura del Espíritu Santo, ni un
velo rasgado con acceso al Lugar Santísimo. ¡Pero él conocía a Dios!
“Es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y
que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6). ¿Cómo sabemos que Enoc
creía que Dios era su galardonador? Porque sabemos que es sólo la fe, la que
agrada a Dios, ¡y sabemos que Enoc agradaba a Dios! Dios retribuye, es decir
paga bien por la fidelidad. ¿Cómo galardona Dios a los diligentes?
Existen tres galardones
importantes que vienen al creerle a Dios y caminar con Él en fe:
1. El primer galardón es, control de Dios sobre nuestras
vidas. La persona que descuida al Señor, pronto se sale de control a medida que
el diablo aparece y toma el control. ¡Si tan sólo se enamorara de Jesús,
caminando y hablando con Él! Rápidamente, Dios le mostraría a esta persona que
Satanás no tiene un verdadero dominio sobre él y acto seguido esta persona le
permitiría a Cristo controlarla.
2. El segundo galardón que viene por la fe es tener “luz
pura”.
Cuando caminamos con el Señor, se nos premia con luz, dirección, discernimiento
y revelación, un cierto “conocimiento” que Dios nos da.
3. El tercer galardón que viene con un caminar de fe es,
protección contra todos nuestros enemigos. “Ninguna arma forjada contra ti
prosperará” (Isaías 54:17). El texto original en hebreo se traduce así: “Ningún
plan, ni instrumento de destrucción, ni artillería satánica te empujará o te
aplastará, sino que será eliminada”.
DAVID WILKERSON -
(DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)