martes, 22 de abril de 2014

Un encuentro con Dios 22 abril




"Vi al Señor sentado sobre un trono alto."  Isaías 6:1


Isaías describe un encuentro con Dios al comienzo del ministerio que le cambió la vida: "Vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime. Por encima de Él había serafines. Y el uno al otro daba voces diciendo: '¡Santo, santo, santo, el Señor de los ejércitos! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!'. Los quicios de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la Casa se llenó de humo. Entonces dije: '¡Ay de mí que soy muerto!, porque siendo hombre inmundo de labios han visto mis ojos al Rey'. Y voló hacia mí uno de los serafines, trayendo en su mano un carbón encendido del altar. Tocando con él sobre mi boca, dijo: 'He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa y limpio tu pecado'. Después oí la voz del Señor, que decía: '¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?' Entonces respondí yo: 'Heme aquí, envíame a mí'. Y dijo: 'Anda, y dile a este pueblo.'" (Isaías 6:1-9).

Un encuentro con Dios siempre conlleva tres cosas:

1) Tomar conciencia de Su santidad y de nuestra bajeza.
2) Reconocer que somos indignos.
3) Humillarnos y anhelar más de Él. El desgaste diario de la vida debilita nuestra sensibilidad espiritual. Y comparar nuestra santidad con la del vecino nos trasmite una falsa tranquilidad al pensar que estamos viviendo una vida de compromiso, cuando en realidad no es así. Por eso, Dios nos llama a tener un encuentro con Él para que nos limpie, nos dé autoridad y nos envíe a cumplir Sus propósitos.

"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra..." (Isaías 62:1-7)


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")







TRADUCCIÓN