"y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros."
Juan 1:14
¡Cómo debió de haber celebrado el infierno el
día que crucificaron a Jesús! "Y el Verbo se hizo carne y habitó entre
nosotros. El unigénito del Padre" (Juan 1:14). A pesar de ser quien era,
Jesús había muerto en una cruz. Sin embargo, la gran fiesta de Satanás se acabó
repentinamente.
Alguien escribió:
"En el giro más inesperado de la Historia , lo que Satanás quería para mal, Dios lo
usó para bien. La muerte de Jesús creó un puente entre un Dios perfecto y una
humanidad defectuosa, destinada a la muerte. El día de Viernes Santo, Jesús
venció al pecado, derrotó la muerte, triunfó sobre Satanás y recuperó a Su
familia. Cargó en Él todo lo malo del mundo y lo convirtió en la mayor victoria
de todos los tiempos. Con razón mandó que no lo olvidáramos nunca. Gracias a la
cruz tenemos esperanza; gracias a las maravillosas heridas del Siervo, y no a
Sus milagros, somos salvos (Isaías 53:5). Y si Dios puede arrebatar tal triunfo
de las garras de lo que parecía una derrota ¿qué no podrá hacer con los
aparentes fracasos y miserias en nuestras vidas? No hay nada, ni siquiera el asesinato de Su Hijo, que pueda acabar con
la relación entre Dios y los seres humanos.
En la transformación de
la redención, el crimen más vil se convierte en la fuerza que nos sana. El
Sanador, herido de muerte, volvió a la vida el Domingo de Pascua, día que es un
anticipo de cómo se verá toda la historia desde el mirador de la eternidad,
cuando toda cicatriz, todo daño y toda decepción se perciban bajo una luz
diferente. La fe comienza ahí donde parece haberse extinguido. Entre la cruz y
el sepulcro vacío se extiende la promesa de la Historia : la esperanza
para el mundo y la esperanza para cada uno de nosotros que vivimos en él".
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no
descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra.. ." (Isaías
62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")