"La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a
los sencillos" Salmos 119:130
Para cualificarte en
volar por instrumentos, te acompañará un instructor durante las misiones de
entrenamiento. El instructor te pondrá una gorra de visera larga para que lo
único que veas sea el panel de control delante de ti, porque cuando haya
tormenta eso será lo único que veas. Debes aprender a trabajar dependiendo solo
de tu panel de control y de la radio, dar muchas vueltas y ser capaz de hacer
descender el avión a pocos metros de la pista de aterrizaje. Y tienes que
hacerlo todo sin ni si quiera saber dónde estás, sin que te lo confirmen los
sentidos. Esta ceguera simulada, que causaría gran confusión a alguien profano
en la materia, se supera pronto con un entrenamiento riguroso. Los vuelos
"bajo la visera" se vuelven mera rutina.
¿Qué ocurre cuando los cristianos no preparados se sumergen
en la oscuridad debido a las pruebas de la vida? Empiezan a preguntarse qué pasa. Todo
iba bien y todo lo que podían ver delante de ellos era el buen tiempo, pero
ahora han perdido su sentido de la orientación porque no invirtieron tiempo en la Palabra de Dios. No se les
ha enseñado a confiar en Dios sin importar lo que vean o sientan y por eso se
desaniman; a veces vuelven a caer en lo mismo y a veces incluso culpan a Dios y
son presas de la amargura. Pablo escribe a Timoteo diciéndole que estudie y que
se esfuerce por presentarse aprobado ante Dios (aprobado en la prueba), "como
un trabajador que no tiene nada de qué avergonzarse y que enseña correctamente
a poner en práctica el mensaje de la verdad" (2 Timoteo 2:15 PDT).
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no
descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra.. ." (Isaías
62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")