martes, 4 de marzo de 2014

Ven a la ciudad de refugio de Dios 4 marzo




"Pídeles a los israelitas que designen algunas ciudades de refugio..."  (Josué 20:2 NVI)


En los tiempos del Antiguo Testamento, si matabas a alguien por accidente, la familia del fallecido tenía derecho a vengarse con tu vida. Por eso Dios estableció seis "ciudades de refugio", tres a cada lado del río Jordán, para que estuvieras donde estuvieras, pudieras tener acceso a la misericordia y protección divinas. Lo único que tenías que hacer era correr a alguna de esas ciudades, contar tu  historia a los ancianos y éstos tenían la obligación de aceptarte. La única condición era que debías quedarte allí hasta que muriera el Sumo Sacerdote. Después, eras libre para volver a tu familia y recuperar todo lo que habías perdido. Aquí hay un paralelo espiritual: Jesucristo es el "...Sumo sacerdote de nuestra profesión..." (Hebreos 3:1). Cuando corres hacia Él para encontrar refugio, sólo tienes que confesar tus pecados. Y ahí, por fe, eres perdonado, considerado como "nueva criatura" y puesto bajo la protección y custodia de Dios.

Así como "el vengador de la sangre" no podía entrar en la ciudad de refugio, Satanás tampoco puede cruzar "la línea de sangre" y dañarte. Cuando Jesús exclamó en la cruz "...Consumado es..." (Juan 19:30), todos tus pecados, desde tu nacimiento hasta tu muerte futura, fueron perdonados. Y porque Jesucristo, el gran Sumo Sacerdote, murió y resucitó, Él te devolverá todo lo que perdiste a consecuencia del poder del pecado en tu vida. Alguien escribió: "Si nos separaran de Dios mil escalones, Él descendería todos excepto el último, que tendríamos que subir nosotros". Así pues, tú eliges; ven a la ciudad de refugio de Dios hoy.


"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra..." (Isaías 62:1-7)


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")






TRADUCCIÓN