Adán y Eva trajeron
engaño a su matrimonio y luego agravaron su rebelión al ocultarse de la
presencia de Dios. Dios nunca se esconde, sólo el hombre lo hace. Dios estaba
totalmente involucrado con ese primer matrimonio entre el primer hombre y la
primera mujer y Él está igual de preocupado por todo matrimonio cristiano de
hoy.
Pocos matrimonios
pueden lograrlo si ambos se esconden de Dios. Muéstrame un matrimonio sin un
cónyuge que esté cerca de Jesús y yo te mostraré un matrimonio con pocas
posibilidades de sobrevivir. Al menos uno debe estar consultando diariamente al
Señor. Lo mejor es que ambos cónyuges estén hablando con Él, pero si uno de
ellos está huyendo de Dios, es de vital importancia que el otro sea capaz de
correr al lugar secreto de oración para pedir ayuda y dirección. Una esposa que
ora, a menudo puede salvar su matrimonio, al igual que un marido que ora.
El amor por sí solo no es suficiente para mantener un
matrimonio sólido, sólo el poder de Dios puede hacer eso. Ese poder está obrando
ahora mismo, sanando y guardando matrimonios. Donde Jesús reina, el matrimonio
puede lograrlo.
“Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y
presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría…sea gloria y
majestad, imperio y potencia…" (Judas 24-25).
Sabemos que el gozo del
Señor es nuestra fortaleza (ver Nehemías 8:10), así que, los matrimonios
fuertes deben abundar en gozo. Cuando un matrimonio pierde su gozo, se vuelve
débil y vulnerable.
Sí, todos los matrimonios
enfrentarán desafíos. Es posible que haya enfermedad, problemas económicos,
malos entendidos o dolor, pero la vida continúa. Dios está en el trono y tiene
todo bajo control. Agradezco a Dios por una pareja que me quiere y planeo
disfrutar de cada momento de mi vida y mantener el gozo fluyendo. Hay un tiempo
para llorar, pero también hay un tiempo para regocijarse. ¡Lo bueno supera lo
malo, así que levanta tus ojos y vive!
DAVID WILKERSON -
(DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)


