"No tendrá temor de
malas noticias; su corazón está firme, confiado en Jehová." Salmo 112:7
El suspenso es terrible. Cuando no tenemos noticias de casa, somos
propensos a ponernos ansiosos, y no podemos ser persuadidos de que
"ningunas noticias son buenas noticias." La fe es el remedio para
esta condición de tristeza: el Señor por Su Espíritu sosiega a la mente con
santa serenidad, y ahuyenta todo temor relativo al futuro así como al presente.
La firmeza de corazón de la que habla el Salmista ha de ser buscada
diligentemente. No se trata de creer en esta o esa promesa del Señor, sino es
la condición general de confianza plena e imbatible en nuestro Dios, la
confianza que tenemos en Él consistente en que Él mismo no nos perjudicará ni
permitirá que nadie más nos haga daño. Esta confianza constante se enfrenta
a lo desconocido así como a lo conocido de la vida. Sin importar lo que el
mañana pueda ser, nuestro Dios es el Dios de mañana. Muchos eventos pudieran
haber ocurrido que son desconocidos para nosotros, pero Jehová es Dios de lo
desconocido así como de lo conocido. Estamos resueltos a confiar en el Señor,
sin importar lo que venga. Si sucediera lo peor, nuestro Dios es todavía el más
grande y el mejor. Por tanto no temeremos aunque el timbre del cartero nos
sobresalte, o un telegrama nos despierte a medianoche. El Señor vive, y ¿qué
podrían temer Sus hijos?
CHARLES SPURGEON -
(Devocional "MEDITACIÓN DE HOY")


