“Testigo me
es Dios, a quien sirvo en mi espíritu.” Romanos 1:9
En la actualidad, empleamos la palabra
espíritu de la misma manera que el apóstol Pablo la empleó en el versículo de
hoy. Pudiéramos observar a un deportista que juega muy bien y entonces comentar
que mostró un espíritu fogoso, que significa que todo su ser estaba
participando en su esfuerzo. Cuando estaba en la universidad, el premio
“Espíritu de equipo” se le daba al jugador de fútbol que hiciera el mayor esfuerzo
en el terreno. Esa es la forma en la que
Pablo servía al Señor.
Pablo nunca sirvió al Señor sin una entrega
sincera. Al hacerlo así, se distinguió de los mercenarios, cuyo trabajo era
externo y no sincero (Jn. 10:11-13). Sea así como Pablo, y haga un esfuerzo
sincero en su servicio a Cristo.
JOHN MACARTHUR -
(Devocional "LA VERDAD PARA HOY")


