"Jehová dará poder
a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo con paz." Salmo 29:11
David acababa de oír la voz del Señor en medio de los
truenos, y acababa de ver Su poder en el huracán cuyo paso había descrito; y
ahora, en la serena calma después de la tormenta, ese poder sobrecogedor que
estremece los cielos y la tierra, es prometido como la fortaleza de los
escogidos. Aquel que da alas a la certera centella dará a Sus redimidos alas de
águila; Aquel que estremece la tierra con Su voz, hará temblar a los enemigos
de Sus santos y dará a Sus hijos paz. ¿Por qué somos débiles si podemos
recurrir al poder divino? ¿Por qué nos turbamos siendo nuestra la propia paz
del Señor? Jesús, el Dios fuerte, es
nuestro poder; revistámonos de Él y salgamos a cumplir con nuestro servicio.
Jesús, nuestro bendito Señor, es también nuestra paz; reposemos en Él en este
día, y pongamos un término a nuestros temores. ¡Qué bendición es contar con Él
como nuestro poder y nuestra paz, ahora y para siempre!
Ese mismo Dios que cabalga sobre la tormenta en los días
de tempestad, gobernará también al huracán de nuestra tribulación, y nos
enviará, antes de que pase mucho tiempo, días de paz.
Tendremos poder en medio de las tormentas, y cánticos
para los días hermosos. Comencemos a cantar de inmediato al Dios que es nuestra
fortaleza y nuestra paz. ¡Huyan, pensamientos sombríos! ¡Levántense, fe y
esperanza!
CHARLES SPURGEON - (Devocional "MEDITACIÓN DE HOY")