“Tú, pues, sufre
penalidades como buen soldado de Jesucristo.” 2 Timoteo 2:3
Valor, convicción e integridad son virtudes respetables
desde un punto de vista secular, pero es necesario que se manifiesten en la
vida de todos los cristianos. Es que el nombre “cristiano” nos identifica con
Cristo, que nunca transigió ni se apartó de la verdad. Él es el ejemplo
perfecto de integridad valerosa.
Es lógico entonces que se nos llame a ser estables y
estar firmes como Cristo y no dudar (Stg. 1:6). Exhortaciones a estar firmes
(Ef. 6:11, 13-14) y ser fuertes (1 Co. 16:13; 2 Ti. 2:1) confirman que hemos de
ser valerosos al vivir para Jesucristo.
Casi todos deseamos
verdaderamente estar firmes y no tropezar en nuestro andar con Cristo. Ninguno de nosotros quiere ser aplastado bajo el peso de
las pruebas de la vida ni ser derrotado por el ataque furioso del mundo, de la
carne y de Satanás. Pero debemos comprender que permanecer firmes y ser fuertes
no es fácil porque libramos una lucha espiritual (2 Ti. 2:3-4). Tenemos que
estar preparados para sufrir penali-dades a lo largo del camino como buenos soldados
de la fe.
JOHN MACARTHUR
- (Devocional "LA
VERDAD PARA HOY")