"Porque no
contenderé para siempre, ni para siempre me enojaré; pues decaería ante mí el
espíritu, y las almas que yo he creado." Isaías 57:16
Nuestro Padre celestial busca nuestra instrucción, no
nuestra destrucción. Su contención con nosotros tiene una amorosa intención
hacia nosotros. Él no siempre estará alzado en armas en contra nuestra.
Nosotros creemos que el Señor prolonga Sus castigos, pero eso es porque nuestra
paciencia es limitada. Su compasión permanece para siempre, más no su
contención. La noche pudiera parecer inacabable, pero al fin ha de dar paso al
alegre día. Así como la contención es únicamente por un tiempo, así la ira que
conduce a ella es únicamente por un pequeño rato. El Señor ama demasiado a Sus elegidos y no puede estar siempre airado
con ellos.
Si Él tratara siempre con nosotros como lo hace algunas
veces, decaeríamos sin tardanza, y descenderíamos sin esperanza a las puertas
de la muerte. ¡Valor, querido corazón! El Señor pronto pondrá término a Su
reprimenda.
Aguanta, pues el Señor te sostendrá, y te transportará.
El que te creó sabe cuán frágil eres, y cuán poco puedes soportar. Él manejará
tiernamente lo que creó tan delicadamente. Por tanto, no tengas temor por causa
del doloroso presente, pues se desliza rápidamente hacia un jubiloso futuro. El
que te afligió te sanará; Su pequeña ira será seguida por grandes
misericordias.
CHARLES SPURGEON - (Devocional "MEDITACIÓN DE HOY")