"Inteligentes.
Dotados de entendimiento. Y que tuvieran la capacidad para servir." (Daniel
1:4 LBLA)
Cuando Nabucodonosor capturó a los judíos, le dijo al
jefe de sus trabajadores que buscase a los más listos y los mejores y que los
trajese a su palacio. Quería que tuvieran estas cualidades:
"...inteligentes en toda rama del saber, dotados de entendimiento...y que
tuvieran la capacidad para servir en el palacio del rey" (Daniel 1:4
LBLA). Daniel aprovechó esta oportunidad. Es verdad que Dios le ayudó, pero él
también tuvo que esforzarse.
El consejero delegado de una de las empresas más grandes
del mundo lo explicó así: "La única manera que tienes para sobresalir es
captar este sencillo principio: cuando tu jefe te haga una pregunta, te asigne
un proyecto o te envíe a recabar información, ya sabe la respuesta que busca.
Sólo quiere que confirmes lo que él cree. La mayoría se queda en eso; pero si
quieres ser diferente tienes que entender que la pregunta es sólo el punto de
partida. Para destacarte, debes obligar
a tu mente a que no sólo se centre en responder a la pregunta, sino en aspirar
a más; es decir, presentarle a tu superior tres o cuatro ideas que quizás
él no haya considerado. Tu meta debería ser añadir valor a una idea y con ello
superar sus expectativas. Esto no es únicamente válido con las preguntas, sino con
los proyectos, las iniciativas y cualquier otra cosa que se te pida en el
trabajo. Si eres consciente de que la pregunta no es más que el principio, te
destacarás de entre los demás, porque el 99 por ciento de los empleados se
queda en el montón por no pensar. Si entiendes este principio, se te darán
preguntas más cruciales para responder, y, en su día, serás tú quien se las
plantee a otros".
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén
no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en
la Tierra..." (Isaías 62:1,7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")


