"Porque a vosotros
se os ha concedido por amor de Cristo, sufrir." Filipenses 1:29
Necesitas el tipo de fe que no sólo cree en Dios para las
cosas buenas, sino que también te sostiene en las malas. La Biblia dice:
"...Si por actuar con rectitud han de sufrir, ¡dichosos ustedes! No tengan
miedo a nadie, ni se asusten, sino honren a Cristo como Señor en sus
corazones..." (1 Pedro 3:14-15 DHH). Dios ve lo que está por venir, pero
nosotros sólo lo ocurrido. Así que, ya sea difícil o fácil el camino que te ha
tocado andar, tu actitud debería ser de "honra", reconociendo a
Cristo como Señor de tu vida. El secuestro de José acabó salvando a su familia.
El foso de los leones de Daniel lo llevó a un puesto en el gobierno. Por un
embarazo sorpresa Cristo vino a este mundo; y lo redimió gracias a un asesinato
injusto.
¿Crees lo que la Biblia
enseña -que no hay desgracia que llegue a ser irreparable-? Crisóstomo así lo creyó. Fue arzobispo de Constantinopla
desde el 398 hasta el 404 d.C. Ganó seguidores con sus elocuentes denuncias de
la corrupción de la Iglesia. Dos veces desterrado por las autoridades,
preguntó: '¿Qué puedo temer? ¿la muerte? Sé que Cristo es mi vida, y que el
morir será ganancia; ¿el exilio? La Tierra y su plenitud son del Señor. ¿La
pérdida de riquezas? Nada hemos traído al mundo, y nada nos podremos llevar.
Por ello, todos los terrores de este mundo son despreciables a mis ojos; y
sonrío a todas sus cosas buenas. A la pobreza no la temo; las riquezas, no las
anhelo. De la muerte no rehúyo'. ¡Eso sí que es sufrir con gracia!
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén
no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en
la Tierra..." (Isaías 62:1,7)