SÓLO DIOS PUEDE SALVAR Y CONDENAR
Por Mike Gendon
El destino eterno de
los católicos y ex católicos se dice que están controlados por la amenaza de
100 anatemas de Roma. Según la Enciclopedia Católica, cuando “un anatema se
adjunta a la enseñanza doctrinal de un consejo general, es una señal segura de
una definición infalible” y los católicos “están obligados a creer en ellos con
el fin de mantener el vínculo de la fe.”
Un ejemplo de un
anatema impuesto a los católicos que muchos están rechazando hoy es uno
respecto a las indulgencias. De acuerdo con el Concilio Vaticano II, la Iglesia
Católica Romana “condena con anatema a los que dicen que las indulgencias son
inútiles o que la Iglesia no tiene el poder de concederlas” (Vol. 1, p. 71).
Una indulgencia definida por Roma es “la remisión ante Dios de la pena temporal
por los pecados cuya culpa ya ha sido perdonada, que los fieles cristianos… obtienen
bajo ciertas condiciones definidas” (Vol. 1, p. 75). Se pueden aplicar a los
muertos por medio de la oración, el Rosario o el sacrificio de la Misa.
La mayoría de los católicos que rechazan este dogma impío
sobre las indulgencias ignoran el hecho de que están condenados por su iglesia. Esto siempre me ha
intrigado. ¿Por qué los católicos confían en las enseñanzas de la iglesia sobre
la salvación, mientras que al mismo tiempo, rechazan o ignoran las enseñanzas
de la Iglesia sobre la condenación?
Cada vez que el Papa
pronuncia un anatema, el utiliza una fórmula que termina con estas palabras
“Privamos [ él / ella ] de la Comunión del Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor,
que lo separan de la sociedad de todos los cristianos, que lo excluye del seno
de nuestra Santa Madre la Iglesia en el Cielo y en la tierra, declaramos
excomulgado y anatematizado y lo juzgamos condenado al fuego eterno con Satanás
y sus ángeles y todos los réprobos , siempre y cuando él no rompa las cadenas
del demonio, haga penitencia y satisfaga a la Iglesia, le entregamos a Satanás
para mortificar su cuerpo y que su alma sea salva en el día del juicio.”
Anatemas se mencionan para condenar a los ex católicos a los tormentos del
infierno eterno a menos que hagan penitencia y regresen a Roma. También
condenan a católicos actuales que no creen todos los dogmas de la iglesia.
¡Los ex católicos que ahora son cristianos nacidos de
nuevo no tienen que preocuparse! Si Dios es por nosotros, ¿quién contra
nosotros? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? ¿Quién es el que condena?
(Rom. 8:31-34). ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿tribulación, angustia,
persecución, hambre, desnudez, peligro, espada [ o la Iglesia Católica Romana
]? ( Rom. 8:35 ).
Debemos utilizar esta
información para educar a otros. Debemos contender ardientemente por la fe al
informar a nuestros pastores y líderes evangélicos de resistir la creciente
presión para firmar acuerdos de unidad con la Iglesia Católica Romana. También
debemos proclamar la verdad a los católicos y explicarles que sólo Dios tiene
el poder de salvar y condenar. Él nos dio sólo dos anatemas en Su Palabra.
Pablo escribió: “El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema” (1 Corintios
16:22). Pablo también escribió: “Si nosotros, o un ángel del cielo os anunciara
un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea anatema!” (Gálatas 1:8).
¡Que todos podamos
mirar a las Escrituras como nuestra fuente más fiable para conocer la verdad
sobre estos temas críticos!


