“También nos gloriamos
en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la
paciencia, prueba; y la prueba, esperanza.” Romanos 5:3-4
Los joyeros usan “la prueba del agua” como una de las
maneras más seguras de identificar un verdadero diamante. Una piedra de
imitación nunca es tan brillante como una piedra genuina, pero a veces no puede
determinarse la diferencia a simple vista. Los joyeros saben que un diamante
genuino puesto en el agua centellea refulgente, mientras que el brillo de la
imitación es prácticamente opaco. Esa prueba hace relativamente fácil
seleccionar el verdadero diamante.
A modo de analogía, encuentro que la fe de muchas
personas bajo las aguas de la tristeza o la aflicción no es más que una
imitación. Sin embargo, cuando un verdadero hijo de Dios está hundido en una
prueba, brillará más refulgente que nunca.
JOHN MACARTHUR
- (Devocional "LA
VERDAD PARA HOY")