"TE BASTA CON MI
GRACIA." (2 Corintios 12:9 NVI)
Una de las típicas historias de adversidad en la Biblia
es la de José. En el comienzo de su vida es el hijo favorito, envidiado por sus
hermanos, con sueños de ser alguien importante ante quien todo el mundo tendría
que hacer la reverencia. Pero más tarde lo secuestran sus hermanos y termina
sirviendo como esclavo en la casa de Potifar. Pierde su hogar, su cultura, su
seguridad y su condición de hijo favorito. ¿Qué le queda a José? Está en una
cama extraña, en una casa extraña, en una tierra extraña, sin amigos, sin
expectativas y sin ninguna explicación. Sin embargo, tiene un don, uno que
marca la diferencia: "...El Señor estaba con José..." (Génesis 39:2)
¿Qué ocurre cuando pierdes todo menos a Dios y te das cuenta de que Dios es
suficiente? ¡Experimentas Su presencia
como nunca antes!
Pablo escribe: "¿Quién podrá separarnos del amor de
Jesucristo?...Ni los problemas, ni los sufrimientos, ni las dificultades.
Tampoco podrán hacerlo el hambre ni el frío, ni los peligros ni la muerte. En
medio de todos nuestros problemas... Jesucristo, quien nos amó, nos dará la
victoria total" (Romanos 8:35-37 TLA). Dios no dispuso situaciones que
agradasen a José, pero se encargó de que las situaciones produjeran un José que
agradase a Dios. Del mismo modo que un diamante se forma a partir de carbono
bajo toneladas y toneladas de presión, el carácter de Cristo se forma en ti
mediante circunstancias adversas. Entonces, la pregunta es: ¿Aguantarás o te
vendrás abajo? Cuando Pablo pensaba que ya no podía más, Dios le dijo: "...Te
basta con mi gracia..." (2 Corintios 12:9 NVI). ¿Y sabes qué? A ti también
te basta con Su gracia.
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén
no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en
la Tierra..." (Isaías 62:1,7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")