"Tú encenderás mi
lámpara." Salmo 18:28
Pudiera ser que mi alma esté retenida en la oscuridad; y
si esta oscuridad es de una naturaleza espiritual, ningún poder humano podría
brindarme luz. ¡Bendito sea Dios!, porque Él puede alumbrar mi oscuridad, y
encender mi lámpara de inmediato. Aunque esté rodeado de "tinieblas que
cualquiera las palpe," sin embargo, Él puede disipar la lobreguez, y traer
de inmediato resplandor a mi alrededor.
La misericordia consiste
en que si Él enciende la lámpara, nadie la puede apagar, ni se extinguirá por
falta de sustancia, ni se consumirá en el lapso de unas horas. Las lumbreras que el Señor encendió al principio siguen
alumbrando todavía. Las lámparas podrían necesitar despabiladeras, pero Él no
las apaga.
Que me sea concedido, entonces, como el ruiseñor, cantar en
la oscuridad. La expectación me proveerá de música, y la esperanza me dará el
tono. Pronto me regocijaré en una lámpara encendida por Dios. Estoy débil y
fatigado ahora. Tal vez sea el clima, o la debilidad corporal, o la sorpresa de
una súbita prueba; pero independientemente de la causa de la oscuridad,
únicamente Dios me proporcionará luz. Mis ojos sólo son para Él. Pronto tendré
la lámpara del Señor que alumbre a mi alrededor; y, más adelante, a su debido
tiempo, estaré donde no se necesitan lámparas, ni luz del sol tampoco.
¡Aleluya!
CHARLES SPURGEON - (Devocional "MEDITACIÓN DE HOY")


