“Cuando esto comience a suceder, anímense y
levanten la cabeza, porque su redención estará cerca.” Lucas 21:28
En los últimos
años, uno de los temas favoritos de autores de libros y de películas de ficción
ha sido el fin del mundo. Algunos dicen que el mundo será destruido por una
gran guerra, mientras que otros afirman que la polución provocada por el hombre
hará la vida imposible en todo el planeta. Existen también los que hablan de un
choque de otro planeta contra la tierra y quienes afirman que una gran crisis
económica será la causa principal del fin del mundo.
Cuándo y cómo
será el último día, nadie lo sabe. Pero la Biblia sí afirma claramente que tal
día ha de venir. Jesús, en su condición de Dios que todo lo sabe, apunta a la
destrucción de Jerusalén y habla de días de castigo. En Lucas 21:22, dice:
"Porque esos días serán de retribución, para que se cumplan todas las
cosas que están escritas." Y traza un paralelo de un futuro lleno de estas
señales.
Muchas de las
señales anunciadas, ya están desde que el mundo existe y siguen estando hasta
los días de hoy. Entre tanto, las previsiones que hablan de grandes guerras, de
terremotos, de grandes cambios en la luna, en el sol y en las estrellas, no
tienen como objetivo causarnos desesperación y miedo. Al contrario, estos
"avisos" de Jesús quieren darnos consuelo y amparo en medio de la
vida agitada que vivimos, así como dice en Lucas 21:28: "Cuando esto
comience a suceder, anímense y levanten la cabeza, porque su redención estará
cerca." Jesús quiere darnos la total seguridad que, aun en situaciones de
miedo, él está presente. Los cielos y la tierra van a pasar, pero él permanece
para siempre.
La alegría que
tenemos por ser salvos sólo podemos tenerla mediante la fe en la obra de
Cristo, que todo sufrió y todo pagó con el precio más alto que pudo existir: su
propia vida, que nos dio por su gracia, muriendo en nuestro lugar. Ahora,
unidos a su poder divino sobre todo el universo, aguardamos con esperanza su
regreso y nuestra libertad total.
Comencemos con
pequeños pasos y, mientras podamos, vayamos sembrando la esperanza y el amor en
este mundo que aún es, y siempre seguirá siendo, de Dios. De a poco veremos que
bellas flores, indicadoras de un mundo mejor, empezarán a florecer.
ORACIÓN. Señor Jesús, el mundo que nos rodea
está tan lleno de problemas y dificultades, que nos da miedo. Quítanos ese
miedo, y danos la confianza de que contigo siempre estaremos amparados. Amén.
Biografía del
autor: Lindolfo Osvino Zuse es miembro de la Congregación Evangélica Luterana San
Pablo de Santa Rita -Alto Paraná- Paraguay.
PARA EL CAMINO – (DEVOCIONAL “ALIMENTO DIARIO”)