“Qué pide el Señor de ti: solamente hacer justicia,
y amar misericordia (bondad), y humillarte ante tu Dios.” Miqueas 6:8
(Leer Levítico 4 – Romanos 1 – Salmo
62:5-8 – Proverbios 15:33)
Amigos
cristianos, Dios conoce las disposiciones interiores de cada uno de nosotros. A
través del profeta Miqueas nos indica tres maneras de orientar nuestra vida
para agradarle.
– Hacer justicia: Significa ser recto en
nuestras palabras, actitudes y relaciones con los demás. Esta rectitud se nota
rápido en un mundo impregnado de mentira e hipocresía. Es la base de todo
testimonio cristiano. Muestra uno de los caracteres de Dios.
– Amar misericordia: “De mañana sácianos
de tu misericordia, y cantaremos y nos alegraremos” (Salmo 90:14). Dios es la
fuente de la misericordia, de la bondad, y Jesús es su perfecta expresión. Esa
bondad nos conduce a buscar el bien de los que nos rodean y a responder a sus
necesidades espirituales, afectivas o materiales, sin dejarnos desanimar por la
indiferencia o el menosprecio.
– Humillarte ante tu Dios (o “andar
humildemente con tu Dios”): Los dos primeros puntos conciernen a nuestras
relaciones con nuestros semejantes, y este último a nuestra actitud hacia Dios.
Él es nuestro Creador, nuestro Dios Salvador. Él es quien nos sostiene en
nuestra vida cristiana. Si reconocemos que absolutamente todo lo debemos a
Dios, permanecemos humildes ante él y contamos con su ayuda para hacer su
voluntad cada día.
Solo hubo Uno
que respondió perfectamente a lo que Dios esperaba del hombre, Jesús nuestro
Señor. Dios le dijo desde el cielo: “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo
complacencia” (Marcos 1:11).
¡Él desea que
lo sigamos y lo imitemos!
EDICIONES BÍBLICAS - (DEVOCIONAL "LA BUENA
SEMILLA")