“… Antioquía,
desde donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que
habían cumplido.” Hechos 14:26 (Leer: Hechos 14:21-28)
A fin de año, la carga de las tareas incompletas puede
agobiarnos. Las responsabilidades en el hogar y el trabajo pueden parecer
interminables, y lo que debería hacerse hoy se deja para mañana. Pero hay
momentos en nuestro camino de la fe en que deberíamos hacer una pausa y
celebrar la fidelidad de Dios y aquello que hemos completado.
Después del primer viaje misionero de Pablo y Bernabé,
«de allí navegaron a Antioquía, desde donde habían sido encomendados a la
gracia de Dios para la obra que habían cumplido» (Hechos 14:26). Aunque quedaba
mucho por hacer, apartaron un tiempo para dar gracias por lo ya hecho: «Y
habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había
hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles»
(v. 27).
¿Qué hizo Dios a través de ti durante este año? ¿Cómo
abrió la puerta de la fe a alguien que conoces y amas? El Señor está obrando a
través de nosotros de formas inimaginables, en tareas que pueden parecernos
insignificantes e incompletas.
Si nos duele saber que hemos servido al Señor a medias,
no olvidemos dar gracias por la forma en que ha obrado a través de nosotros.
¡Regocijarse en lo que Dios ha hecho por su gracia prepara el camino para lo
que viene!
Señor, gracias por lo hecho y por lo que está por
delante.
Dios obra permanentemente en y a través de nosotros.
(La Biblia en
un año: Zacarías 13–14 — Apocalipsis 21:1-21)
DAVID C.
MCCASLAND - (DEVOCIONAL “NUESTRO PAN DIARIO")