“Tus ojos verán al Rey en su hermosura” Isaías
33:17
Cuanto más
sepas acerca de Cristo, menos estarás satisfecho con opiniones superficiales en
cuanto a él; y cuanto más profundamente estudies los convenios del eterno acto,
los compromisos de Cristo como eterno Fiador y la plenitud de su gracia, que
brilla en todas sus funciones, más realmente verás al Rey en su hermosura.
Ocúpate mucho en estas cosas. Ansía más y más ver a Jesús. La meditación y la
contemplación son a menudo semejantes a las ventanas de ágata y a las puertas
de carbunclo a través de las cuales contemplamos al Redentor. La meditación
pone el telescopio en el ojo y nos habilita para ver a Jesús de un modo mejor
que si lo hubiéramos visto en los días de su carne. ¡Dios quiera que pensemos
más en el cielo y que tengamos una relación más estrecha con la persona, la
obra y la hermosura de nuestro encarnado Señor! Si meditásemos más, la
hermosura del Rey resplandecería sobre nosotros con mayor resplandor.
Amado, es muy probable que cuando estemos por
morir, tengamos la más clara visión de nuestro glorioso Rey. Muchos
santos, estando en agonía, miraron desde las borrascosas aguas y vieron a Jesús
andando sobre las olas de la mar y diciendo: “Yo soy; no temáis”. ¡Ah! Sí,
cuando nuestra vivienda empiece a moverse y caiga el revoque, entonces veremos
a Cristo a través de las grietas, y la luz del cielo entrará ondeando entre los
tirantes. Pero si queremos ver cara a cara al “Rey en su hermosura”, tenemos
que ir al cielo, o el Rey tiene que venir a nosotros en su segunda venida. ¡Oh
si viniese ahora sobre las alas del viento! El es nuestro Esposo y nosotros, en
su ausencia estamos como viudas; él es nuestro Hermano querido y hermoso; sin
él estamos solos. Espesos velos y oscuras nubes penden entre nuestras almas y
sus verdaderas vidas. ¿Cuándo apuntará el día y huirán las sombras? ¡Oh día
largamente esperado, empieza ahora!
CHARLES SPURGEON - (DEV. “LECTURAS VESPERTINAS”)