“Así que, si el Hijo los liberta, serán
verdaderamente libres.” Juan 8:36
Ed, de 72 años,
ama a su perro Buddy. Cuando la 'perrera' se llevó a Buddy por andar suelto por
la calle, Ed pagó $50 dólares de multa para que se lo devolvieran. Pero la
segunda vez que Buddy fue atrapado, Ed decidió no pagar los $100 dólares de
multa que le pedían, sino ir a soltarlo él mismo.
A medianoche,
Ed se fue en su tractor de cortar césped hasta donde estaba Buddy y lo liberó.
Lamentablemente, en el camino de regreso fue descubierto y arrestado por robo,
traspaso de propiedad municipal y por dejar que el perro anduviera suelto.
Llevó unos días
hasta que Ed fue dejado en libertad. Cuando eso sucedió, a Buddy ya lo habían
sacrificado.
Imagino que
usted estará pensando lo mismo que yo: que no es justo que, porque su dueño
estaba detenido, al perro lo hubieran sacrificado.
Ahora, si la
muerte del perro en esas circunstancias le parece injusta, espero que lo que le
sucedió a Jesús le parezca muchísimo más injusto aún.
Hace 2.000
años, los enemigos de Jesús lo hicieron arrestar y llevar a juicio, donde
presentaron testigos falsos que testificaron en su contra hasta lograr que el
juez dictara la sentencia de crucifixión.
Y así fue. Jesús murió en la cruz cargando el peso
de nuestras culpas. El inocente fue asesinado en lugar de los culpables... y no hubo
nadie que fuera a rescatarlo.
Pero eso no
quiere decir que Jesús permaneció cautivo. Porque gracias a que había hecho
todo lo que era necesario, tres días después de que su cuerpo sin vida fuera
puesto en la tumba, Jesús resucitó.
Gracias a su
resurrección y con la fe que nos da el Espíritu Santo, sabemos que todos los
que creen en él son perdonados y reciben la promesa de la vida eterna en el
cielo con el Salvador, el Cristo, el Hijo de Dios.
ORACIÓN: Querido Señor, el mundo está lleno de
historias tristes. Doy gracias porque tu historia no termina con tu muerte en
la cruz, sino con tu gloriosa resurrección. Gracias porque tu historia es
también nuestra historia. En tu nombre. Amén.
CRISTO PARA TODAS LAS N. - (DEV. “ALIMENTO DIARIO”)