“… la
disposición la tenían, pero les faltaba la oportunidad.” Filipenses 4:10 - RVC (Leer:
Filipenses 4:10-19)
Hacía semanas que Marilín estaba enferma, y muchos la
habían animado en ese tiempo difícil. ¿Cómo podré compensarlos por su
amabilidad?, pensaba, preocupada. Entonces, un día, leyó: «Ora para que [los
demás] desarrollen humildad, lo cual no solo les permita servir, sino también ser
servidos». De repente, Marilín se dio cuenta de que no hacía falta equilibrar
ninguna balanza, sino simplemente dar gracias y permitir que los demás
experimentaran el gozo de servir.
En Filipenses 4, el apóstol Pablo expresó su gratitud por
todos aquellos que participaban con él en sus dificultades (v. 14). Él dependía
del sostén de los demás para predicar el evangelio. Entendía que las ofrendas
que recibía cuando pasaba necesidad eran simplemente una extensión del amor de
las personas por Dios; sus ofrendas eran «olor fragante, sacrificio acepto,
agradable a Dios» (v. 18).
Tal vez no te
resulte fácil recibir; en especial, si en general has sido el primero en ayudar
a otros. Pero, con humildad, podemos permitir que
Dios nos cuide mediante diversas maneras cuando necesitamos ayuda.
Pablo escribió: «Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os
falta» (v. 19). Fue algo que aprendió durante una vida de pruebas. Dios es fiel
y su provisión para nosotros no tiene límite.
Señor, danos gracia para brindar y recibir ayuda.
Recibe amor. Da amor. Repite el ciclo.
(La Biblia en
un año: Ezequiel 5–7 — Hebreos 12:1-29)
CINDY HESS
KASPER - (DEVOCIONAL “NUESTRO PAN DIARIO")