martes, 7 de noviembre de 2017

El perdón y la sanidad interior 7 noviembre





“...quien perdona todas tus maldades...” Salmos 103:3


El salmista escribió: “Él es quien perdona todas tus maldades, el que sana todas tus dolencias”. Fíjate en el orden: ser consciente de que tus pecados son perdonados precede a la sanidad de todas tus dolencias. Fíjate también en las palabras “todas tus maldades”. Hay quienes se conforman con recibir un perdón parcial, pero no dejan que el perdón de Dios alcance las áreas tenebrosas que no pueden soltar y por las que no quieren perdonarse. Sin importar de qué errores se trate, permítele a Dios perdonar todos tus pecados y luego recibe la sanidad de todas tus dolencias. Suelta el pasado, suelta los errores, concédete ser libre y aprende a perdonarte aceptando de todo corazón el perdón total y completo de Dios.

Deja de hacerte daño, porque Jesús ya padeció por todos tus pecados. Deja de flagelarte, porque Jesús cargó con toda tu condena en la cruz. Deja de castigarte, porque Jesús recibió todo el castigo que te correspondía. No te preguntes más si ya has hecho lo suficiente para ganarte el perdón y la aceptación de Dios. Ambos son inmerecidos, es decir, no se pueden alcanzar con luchas y esfuerzos, sino que se reciben por fe. Si le dieras a un ser querido un regalo por su cumpleaños y se empeñara en pagártelo, ¿cómo te sentirías? ¿herido? ¿ofendido? Así se siente Dios cuando intentas “ganarte” Su perdón, Su sanidad y Su justicia. Cuanto más dejes que la cascada de la gracia y del perdón de Dios te lave cada día, más recibirás de Su salud para tu cuerpo y de Su cordura para tu mente.



BOB Y DEBBIE GASS - (DEVOCIONAL "LA PALABRA PARA HOY")









TRADUCCIÓN