domingo, 19 de noviembre de 2017

"El camino correcto" 19 noviembre





“Tú me enseñas el camino de la vida; con tu presencia me llenas de alegría; ¡estando a tu lado seré siempre dichoso!” Salmo 16:11


A Daniel Boone una vez le preguntaron: "¿Alguna vez estuvo perdido?" A lo que contestó: "No, pero una vez estuve sumamente confundido durante tres días".

La respuesta de Boone fue graciosa. La historia de Kay Gadsby es trágica.

Kay era una joven inglesa de 21 años que sufría muchos problemas físicos. En su corta vida tuvo un trasplante de corazón, y estuvo en la lista de espera para recibir un tercer trasplante de riñón.

Kay falleció cuando la ambulancia que la llevaba al hospital perdió su rumbo en el recorrido de 30 millas. Aparentemente, el conductor había ido a ese hospital sólo una vez y, cuando el sistema de navegación de la ambulancia falló, no logró encontrar la forma de llegar.

Mientras Kay le preguntaba una y otra vez a su madre: "¿No voy a morir, no es cierto?", el paramédico se turnaba entre atenderla a ella y pasarse al asiento de adelante para darle instrucciones al conductor.

Tanto usted como, yo continuamente vemos pasar cientos de autos y camiones. Me pregunto cuántos de sus ocupantes aún no conocen al Salvador. Todos están muy ocupados yendo a algún lugar, pero ese lugar, en la mayoría de los casos, no es el cielo. Todos creen, al igual que Kay, que van a llegar al destino para el cual se subieron al vehículo, pero no siempre todos lo logran.

Esa es una de las razones por la cual usted y yo, que hemos sido salvados por Cristo, hacemos lo que hacemos.

Si conocemos a alguien a quien se le ha roto el sistema de navegación, lo dirigimos a la Palabra de Dios donde, como dice el salmista, el Señor nos da a conocer el camino que lleva a la vida.

Si alguien necesita un trasplante, le presentamos al Salvador, que es el gran médico del cuerpo y del alma.

A quien está confundido y no sabe qué camino tomar, lo dirigimos hacia Jesús, quien es el camino por excelencia.

Es una gran tragedia que Kay haya muerto en esas circunstancias. Pero mayor tragedia aún será si quienes nos rodean nunca llegan a conocer al Salvador que puede perdonar sus pecados, sanar sus almas, y llevarlos al cielo.

ORACIÓN: Señor Jesús, estoy rodeado de personas que se encuentran perdidas y muriendo. Te pido que, cada vez que sea posible, me ayudes a mostrarles el camino que lleva a ti. En tu nombre. Amén.



CRISTO PARA TODAS LAS N. - (DEV. “ALIMENTO DIARIO”)









TRADUCCIÓN