“...Los que han enseñado al pueblo a seguir el
camino recto brillarán por siempre como las estrellas.” (Daniel 12:3 PDT)
Escribe el
doctor James Kennedy: “Considera la gran pirámide de Guiza, una de las
estructuras más impresionantes del mundo. Alguien la construyó como un
monumento a sí mismo ... Fue el rey Khufu, no exactamente un nombre muy
conocido. El Sah de la India construyó el Taj Mahal como tributo a su esposa,
sin embargo también lo hizo en vano; ¿quién está familiarizado con el nombre de
Arjumand? ¿Y qué decir de la Gran Muralla China? Los astronautas la pueden ver
desde el espacio pero nadie recuerda a Qin Shihuang, quien fue el responsable
inicial de la más grande estructura del mundo hecha por el hombre. Mientras que
estas personas son olvidadas, tú puedes dejar una huella permanente en el
mundo. ¿Cómo? ¡Llevando a otros a Cristo! La Biblia dice: “...Los que han
enseñado al pueblo a seguir el camino recto brillarán por siempre como las
estrellas.” (Daniel 12:3 PDT)
Luis Pasteur, pionero en el campo de la inmunología
vivió en una época cuando muchas personas morían cada año de la rabia. Trabajó
durante años para inventar una vacuna, y cuando estaba a punto de experimentar
en sí mismo, un niño de nueve años llamado Joseph Meister fue mordido por un
perro rabioso. La madre del niño le suplicó a Pasteur que probara la vacuna en
su hijo. Así que Pasteur se la inyectó durante 10 días y el niño sobrevivió.
Décadas más tarde, de todos los epitafios que el científico podía haber elegido
pidió que se grabasen solo tres palabras en su lápida: JOSEPH MEISTER VIVIÓ. Tu
mayor legado puede ser aquellos que vivirán eternamente porque les compartiste
de Cristo. Jesús dijo: “... Las palabras que yo os he hablado son espíritu y
son vida” (Juan 6:63). ¿Qué mueve los corazones? ¿Qué cambia las vidas? ¡Las
palabras de Jesús!”.
BOB Y DEBBIE GASS - (DEVOCIONAL "LA PALABRA
PARA HOY")