“...le haré ayuda idónea para él.” (Génesis 2:18 NVI)
Adán vivía en
un mundo perfecto, sin embargo se sentía incompleto. Así que Dios creó “una
ayuda idónea” para él. Y como Dios te hizo con esa necesidad innata de
compañía, también puede presentarte a la persona adecuada. Pero debes estar
dispuesto a consultarle, a seguir Su consejo y a esperar Su tiempo perfecto, lo
cual no siempre es fácil. A algunos les resulta más llevadero ser infelices que
estar solos. Impulsados por deseos frustrados, tomamos decisiones precipitadas
que acaban haciéndonos daño. Es imposible tomar una buena decisión cuando
estamos coartados por el miedo a estar solos o a ser rechazados. No hay nada
malo en sentir la necesidad de tener a alguien, o de compartir tu vida con otra
persona. No dejes que nadie te convenza diciéndote que tu necesidad de amar y
de ser amado es una debilidad.
Dios creó al hombre para que se “multiplicara”, lo
cual es cosa de dos, por lo que estamos incompletos el uno sin el otro. Un experto
consejero escribió: “Debemos estar dispuestos a abrirnos y a dejar que nos amen
... a permitirnos tener necesidades. Hoy en día lo que está en boga es actuar
como si no necesitaras a nadie, pero Dios dice que sí lo necesitas. Y debido a
que Él hizo que varias personas se conocieran a lo largo de toda la Escritura,
puedes orar y creer con todo el derecho que Él hará lo mismo por ti”. Por lo
tanto, ora y cree que Dios tiene a alguien “idóneo” para ti, alguien que encaja
en tu situación actual y que encajará en tu futuro. Cuando encuentres a la
persona que Dios tiene dispuesta para ti, descubrirás en ti capacidades y dones
que no sabías que tenías.
BOB Y DEBBIE GASS - (DEVOCIONAL "LA PALABRA
PARA HOY")


