Permíteme
contarte cuáles son los cuatro trágicos resultados de destronar al Señor:
* “Israel es una frondosa
viña, que da abundante fruto para sí mismo” (Oseas 10:1). Todos en
Israel buscaban el beneficio propio y el resultado fue un vacío total. Oseas se
estaba dirigiendo a los creyentes, mostrándoles una escena de lo que les sucede
a todos los que destronan al Señor de sus vidas. Tales personas se vuelven
egoístas y miserables y todo lo que persiguen termina en vacío.
* “Está dividido su corazón… Jehová
demolerá sus altares, destruirá sus ídolos” (Versículo 2). El corazón de
nuestra nación está dividido. Los americanos ofrecen servicio a Dios y a la
religión sólo de labios, pero no adoran al Señor en verdad. Eso ha llevado a la
destrucción total de nuestras instituciones. Nuestra sociedad ya no confía en
Dios, y en lugar de eso se vuelve hacia el gobierno, el presidente, el sistema
de educación, el sistema de seguro social; todo en busca de algún tipo de
estabilidad. Dios está diciendo: “Si no confías en mi, haré que fracasen todas
las instituciones en la cuales confías. No quedará nada en lo que puedas creer”.
* “Habéis arado impiedad, y segasteis
iniquidad… porque confiaste en tu camino…” (Versículo 13). Oseas está diciendo:
“¡Dejaste de confiar en el Señor y ahora segarás iniquidad!”. La humanidad de
hoy es sofisticada y educada pero ha rechazado la Biblia y la oración. ¿Qué nos
ha traído todo nuestro sofisticado conocimiento?
* “No tenemos rey, porque no temimos a
Jehová” (Versículo 3). El corazón del rey de Israel estaba lleno de idolatría.
Así que cuando Israel comenzó a descarriarse, él no fue capaz de evitar que
perdieran su fe. No había autoridad en sus palabras y la gente murmuró: “No
tenemos liderazgo, ni dirección. ¡Estamos a la deriva!”
Lo mismo está
sucediendo en la iglesia de hoy. Muchos cristianos se burlan de sus pastores,
ridiculizando su autoridad. ¿Por qué? ¡Porque sus palabras no tienen autoridad!
La gente dice: “No tenemos liderazgo en nuestra iglesia. Estamos perdidos y
confundidos”. Tristemente, ese es el pago por destronar al Señor.
DAVID WILKERSON - (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)


