viernes, 24 de febrero de 2017

¿Tomarlo o dejarlo? 24 febrero





“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu” Efesios 5:15-18


El alcohol deprime el tono de la entera personalidad en lugar de elevarlo. Este aparente “entonarse” es el resultado de una pérdida de control. Dice, por ejemplo, el Departamento de Instrucción Pública de Michigan: “Cuando se ha medido los efectos del alcohol en el tiempo de reacción, es decir, el lapso que media entre el estímulo y la respuesta, se ha hallado que en todos los casos este tiempo ha aumentado. Tal comprobación es muy importante en el caso de una persona que conduce un automóvil… De igual manera, otras pruebas acerca de la capacidad de aprendizaje y de la memoria, de memorización de poesía, de asociación de pares de palabras, revelan una disminución de efectividad luego de ingerir dosis, aún pequeñas de alcohol… Luego de tomar alcohol el hombre es menos competente físicamente, disminuye su capacidad crítica en cuanto a sí mismo, es menos alerta en su atención, menos capaz de responder a las emergencias que puedan surgir y puede ignorar por completo esta disminución de sus capacidades.”


5. El beber para hacer desaparecer síntomas, inicia un círculo vicioso. Dice el Dr. Robert Fleming: “Es un hecho curioso y esencial que muchos síntomas que originalmente debieron su existencia a la acción crónica del alcohol, pueden ser momentáneamente suprimidos u olvidados tomando más alcohol. Una persona bebe para borrar su sentido de inferioridad y remordimiento que nace de haber caído en un exceso de alcohol anterior, o para facilitar la digestión o combatir la inapetencia debida a una gastritis alcohólica, o como resultado de la dislocación social producida por la pérdida de un empleo o de la esposa, debidos a la bebida; en tal caso, la personalidad ha sido presa de un circulo vicioso interminable.”


6. La idea de que es posible beber y dejar de beber a voluntad puede llegar a ser una trampa. El Dr. Fleming hace estas dos importantes generalizaciones: “Primero, beber moderadamente es absolutamente imposible para el alcohólico consuetudinario; la única terapéutica obligatoria objetiva que tiene cierta posibilidad de éxito es la abstinencia total. Segundo, cualquiera que beba lo suficiente durante un lapso suficientemente extendido, llegará a ser alcohólico.”


7. Recordad que todo bebedor consuetudinario viene de las filas de los bebedores moderados. Todo bebedor moderado es un aficionado en potencia. Cada trago allana el camino al siguiente.


ORACIÓN. Oh Cristo del completo control y de la total libertad, dame ese mismo control, para que pueda gozar la misma libertad. Porque sutiles esclavitudes están tomando el control de mi vida. No quiero estar encadenado a nada sino sólo a ti. Amén.


AFIRMACIÓN PARA EL DÍA: Soy siervo de Cristo; no seré esclavo de ningún otro.




E. STANLEY JONES - (DEVOCIONAL DIARIO “EL CAMINO”)










TRADUCCIÓN