“El Señor te guiará siempre...” (Isaías 58:11 CST)
¿Cómo podemos
decir que tenemos una relación personal con Dios y aun así afirmar que Dios no
nos habla nunca? Estar abierto y receptivo a la dirección del Espíritu Santo es
parte intrínseca de la vida cristiana. Todos podemos aprender a abrirnos a la
guía del Espíritu puesto que no está reservada para los “más importantes” o
“más espirituales”. Dios te hablará si tan sólo dedicas tiempo a escucharlo.
John Ortberg escribió: “Gran parte de la aventura de la vida del cristiano
implica ser sensible a la guía del Espíritu Santo. Esta no se limita a
decisiones puntuales, sino que se aprende sobre todo cuando la practicamos de
forma constante”. Por eso es que David oró así: “Muéstrame, Señor, tus caminos;
enséñame tus sendas ... porque Tú eres el Dios de mi salvación” (Salmos
25:4-5).
Richard Foster
escribió: “En nuestros días, los cielos
y la tierra están anhelando que surja un pueblo guiado y facultado por el Espíritu
... Ya ha ocurrido antes. Puede ocurrir
de nuevo. Un pueblo así no surgirá hasta que no tengamos una experiencia
profunda de Emmanuel en nuestro Espíritu, el Dios con nosotros, siendo
conscientes de que el mismo Jesús vino en el poder del Espíritu para guiar a Su
pueblo, y que esa experiencia interna sea tan clara y cercana como la nube que
guiaba a Israel de día y el fuego de noche”. Eso mismo lo puedes experimentar
tú si crees la promesa de que “el Señor te guiará siempre” (Isaías 58:11 CST).
Esa promesa es para ti. Memorízala, aprópiate de ella, haz que moldee tu vida y
verás adónde te lleva este año.
BOB Y DEBBIE GASS - (DEV. DIARIO "LA PALABRA
PARA HOY")