martes, 3 de enero de 2017

Del sótano a la sala del cielo 3 enero





“Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno?”  Isaías 51:12  (Leer Proverbios 29:25)


Podemos ser liberados del temor y la ansiedad. La “ansiedad es” (como alguien ha dicho) “la medida de la distancia entre el hombre y Dios.” Cuando Dios acude, la ansiedad se disipa; cuando viene la ansiedad, Dios se va. Un ministro rindió sus temores y ansiedades a Dios y dijo luego: “Volví a mi trabajo, no con los labios apretados y los puños cerrados de determinación, sino con un sentimiento de fuerza renovada.” Había asentado su vida en Dios.

Los siguientes extractos de una carta de una doctora en filosofía, directora de una escuela de señoritas, muestran una efectiva victoria sobre un temor profundamente arraigado durante toda una vida: “Construí un muro entre yo y el mundo exterior. Los demás se resentían por esta actitud y nacía en ellos antipatía hacia mí. Tenía además un sentido exagerado de la justicia y demandaba demasiado de mí misma y de los demás. No había nada de agradable en toda mi actitud… Llegué a hastiarme de todo eso… Comencé a leer Vida Abundante y por primera vez vislumbré la posibilidad de una vida de libertad; no necesitaría ya controlar mis temores, podía desha-cerme de ellos. Así que me mudé del oscuro y húmedo sótano de mi vida donde las ratas del temor y la tensión hacían la vida insoportable, me instalé en la sala del cielo donde abría las ventanas de mi alma y el Sol de Dios penetró hasta los más íntimos rincones de mi ser… Podría extenderme sobre los resultados evidentes: una gozosa felicidad que nunca conocí, una actitud amable más que crítica hacia los demás, un apetito normal, abandono de las píldoras contra el insomnio. Mi familia advierte que soy una persona diferente. Las causas de irritación han desaparecido. La desconfianza y la impotencia se han disipado. He abandonado todas las inhibiciones indeseables. ¡Marcho en la luz”.

Lo que Dios ha hecho por esta brillante mujer, puede hacerlo por ti, entrega tus temores y confía en El.


ORACIÓN. Oh Cristo, tan asediado por la tragedia y las cosas que engendran temor entre los hombres, y sin embargo tan tranquilo siempre y libre de todo temor, ven a mi vida y suelta todas las tensiones, disipa las ansiedades y permite que nada tema. Yo coopero en cuanto puedo: juntos podremos enfrentarlo todo, todo. Amén.


AFIRMACIÓN PARA EL DÍA: "Que todo corazón leal ore a ti en tiempo de turbación; rujan las mareas; mas no le alcanzarán" (Salmos 32:6).



E. STANLEY JONES - (DEVOCIONAL DIARIO “EL CAMINO”)










TRADUCCIÓN