“…Nosotros… contemplando … [al] Señor, estamos siendo trans-formados en la misma imagen … como por … el Espíritu” 2ª Cor 3:18
Muchos
cristianos piensan que Dios está esperando la ocasión de caérseles encima a
causa de sus fallos; y una mentalidad errónea da como consecuencia una forma de
vivir errónea. Cuando consideras a Dios de esta manera lo único que puedes
esperar es vivir en constante temor, inseguridad y ansiedad por tus pecados y luchas.
En este día toma la decisión de dejar de mirarte tanto el ombligo y de mirar a
Jesús, porque ya te ha justificado por Su sangre (véase 2ª Corintios 5:21).
Cuanto más contemplas a Jesús, más serás transformado a Su imagen.
“…Nosotros… contemplando … [al] Señor,
estamos siendo transformados en la misma imagen … como por … el Espíritu” (2ª
Corintios 3:18 LBLA).
Poner tus ojos en Jesús te lleva a una mayor
manifestación de santidad. Muchos creemos que tenemos que hacer más cosas
para ser más santos y aceptados por Dios. Al centrarte en Jesús y entender Su
amor, Su perdón, Su abundante gracia y el regalo de justicia comprado para ti
por Su sangre, enfrentas la vida cristiana de otra manera y eres transformado
—de dentro para afuera—. La santidad se desprende de centrarte en Jesús, no en
ti mismo. No se trata de un cambio de comportamiento exterior, es un cambio
interno sostenido por un corazón que ha sido tocado por la gracia de Dios y por
una conciencia emancipada que ha sido liberada de la culpa y la condenación. La
consecuencia es que empiezas a caminar en victoria en lugar de en derrota. Y
esa es la vida que Dios quiere que disfrutes a partir de hoy.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")