Año 1 - Semana: 51 - Día: 4
LEE Salmos 24:1-10 – Reconozcamos el poder creador de
Dios y la manera correcta de presentarnos ante su presencia.
MEDITA. El señorío de Cristo sobre toda la creación es
evidente cuando el salmista exclama que de él es la tierra y sus habitantes, y
"todas las cosas en él subsisten". Somos llamados a tener una
permanente y santa comunión con Dios, un encuentro con el Dios vivo y Señor de
nuestra vida. Él anhela que tú tengas una cita personal con él cada día,
derramando tu corazón, con clamor y lágrimas. ¿Cómo nos presentaremos ante su
presencia?
Con limpieza de
manos. Cada vez que ganamos un alma para Cristo, y amonestamos a los pecadores
para que abandonen sus malos caminos, nuestras manos están limpias de la sangre
de ellos.
¿Podemos levantar nuestras manos en santidad, sin ira ni
contienda?
Presentarnos ante Dios con corazón puro demanda confesión sincera del pecado y
también renuncia absoluta a la perversa influencia de éste en nuestra vida.
Un corazón que no ha
confiado en cosas pueriles, vanagloriosas y sin propósito, sino que ha sido
limpiado con la sangre de Cristo, recibirá bendición. Como pueblo escogido por
Dios, debemos anhelar su pronta venida, preparando el camino al Rey de gloria,
quitando todo el orgullo, toda vanidad, sacando a la luz todo lo oculto,
enderezando lo torcido y allanando el camino. (Isaías 40:4)
APLICA. ¿Te presentas cada día ante el
Señor? ¿Están "limpias tus manos"? ¿Hasta qué punto eres capaz de
resistir la perversa influencia del pecado? Decide utilizar tus manos en la
obra del Señor y entrégale un corazón puro.
ORA. Oh Señor Jesús, que en tu regreso glorioso me encuentres
haciendo tu bendita y santa voluntad.
UNIÓN BÍBLICA INTERN. - (Dev. “ENCUENTRO CON DIOS”)