viernes, 30 de diciembre de 2016

Mujer adicta a las relaciones halla la verdadera satisfacción 30 diciembre





“pero el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás…” Juan 4:14


Jesús le pidió a la mujer junto al pozo que le diera de beber. Sorprendida ella de que un judío hablara con una samaritana le preguntó por qué le pedía agua. Él respondió: “—Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le pedirías, y Él te daría agua viva… —Cualquiera que beba de esta agua volverá a tener sed;  pero el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Juan 4:10,13-14). Notemos la distinción entre “esta agua” y “el agua que yo le daré”. Jesús no estaba discutiendo las propiedades regionales del agua. Estaba hablando de los cinco matrimonios fallidos de la mujer y del hombre con el que vivía en ese momento.
                
Ella no tenía ni idea de cómo ni dónde encontrar la satisfacción que tanto anhelaba. Una decepción tras otra en las relaciones. Y aunque bebía con frecuencia de “esta agua” nunca se había sentido satisfecha. Su reacción a cada relación rota era otra relación rota —pensando, como solemos hacer, que repitiendo lo mismo de lo que no funciona en algún momento lo haremos funcionar—. Jesús no estaba criticando su falta de moralidad. No, le estaba ofreciendo la verdadera cura para el vacío interior. Sea lo que sea que estés buscando para realizarte: drogas, alcohol, sexo, pornografía, una relación tras otra, dinero o popularidad; todo ello es agua que no te puede satisfacer. Centra tu vida en Jesús, pasa tiempo con Él, habla con Él y bebe de Su palabra a diario. Eso sí que llenará por completo tu vacío interior.



BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")









TRADUCCIÓN