Año 1 - Semana: 49 - Día: 2
LEE Ezequiel 2:1-10
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Dios llamó a Ezequiel para confrontar a sus compatriotas los israelitas.
MEDITA. El Señor le habló a Ezequiel y le encomendó una
tarea: que diera el mensaje profético a sus conciudadanos los israelitas. El
problema de esa misión era que las personas a quienes había sido enviado eran
desobedientes, rebeldes, tercos y cabeza dura. Dios demandó de Ezequiel:
1)
Obediencia para comunicar fielmente el mensaje de Dios, le hicieran caso o no;
2)
Valentía para poder confrontar a esa gente aun en un ambiente hostil y aunque
se sintiera "como rodeado de espinas y viviendo entre alacranes."
Ezequiel tenía que depender exclusivamente de Dios y no ser
rebelde como ellos.
¿Cómo se sentiría Ezequiel ante este desafío? Lo más probable es que haya
tenido dudas y sobre todo temor. El trabajo de los profetas no era fácil porque
su tarea no sólo consistía en describir los acontecimientos del futuro, sino en
reprender y llamar al arrepentimiento.
Como cristianos
estamos en espera de un llamado de Dios, pero debemos confesar que quisiéramos
que se nos asignen responsabilidades que nos agraden. Sin embargo, necesitamos
mucha obediencia y valor para comunicar la Palabra en situaciones adversas. Hay
ocasiones en las cuales el Señor pudiera llamarnos para denunciar ciertas
situaciones aun en el contexto de nuestra familia o iglesia.
En circunstancias
como esas debemos recordar las palabras de Dios para Josué: "Yo soy quien
te manda que tengas valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes porque yo
tu Señor Y Dios estará contigo dondequiera que vayas." (Jos. 1:9)
APLICA. ¿Has tenido o estás viviendo
circunstancias en las cuales tienes que comunicar el consejo de la Palabra de
Dios a una familia, institución o iglesia que son difíciles? ¿Qué podrías hacer
al respecto?
ORA. Dios mío, fortaléceme para cumplir tu llamado.
UNIÓN BÍBLICA INTERN. - (Dev. “ENCUENTRO CON DIOS”)