“Tú tienes unas
pocas personas en Sardis que no han ensuciado sus vestiduras, y andarán conmigo
en vestiduras blancas, porque son dignas.”
Apocalipsis 3:4
Entendemos que esto se refiere a la justificación. “Andarán en vestiduras
blancas”, es decir, gozarán de una constante conciencia de su justificación por
la fe; sabrán que la justicia de Cristo les es imputada, que han sido lavados y
emblanquecidos más que la nieve. Además, este pasaje se refiere al gozo y a la
alegría, pues las vestiduras blancas eran, entre los judíos, vestidos de
fiesta. Los que no han ensuciado sus vestiduras tienen sus rostros siempre
alegres. Ellos entenderán lo que Salomón quiere decir en el siguiente pasaje:
“Anda y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón. En todo tiempo
sean blancos tus vestidos, porque tus obras ya han sido aceptadas por Dios”. El
que es aceptado por Dios usará, mientras anda en dulce comunión con el Señor
Jesús, los blancos vestidos del gozo y de la alegría.
¿De dónde proceden tantas dudas, tanta miseria y tanto dolor? Muchos creyentes ensucian sus vestiduras
con el pecado y con el error, y a causa de esto pierden el gozo de su
salvación y la consoladora comunión con el Señor Jesús, es decir, no andan en
vestiduras blancas. Esta promesa se refiere también a los que andan en
vestiduras blancas delante del trono de Dios. Los que no han ensuciado sus
vestiduras aquí, andarán ciertamente en ropas blancas allá, donde las huestes
vestidas de blanco cantan al Altísimo perpetuas aleluyas. Poseerán inconcebible
gozo, felicidad no soñada, bienaventuranza inimaginable y una felicidad mayor
de la que puedan desear. Los “perfectos de camino” tendrán todo esto, no por
mérito ni por obras, sino por gracia. Ellos andarán con Cristo en vestiduras
blancas porque él los ha hecho dignos. En su grata compañía beberán de las
fuentes de aguas vivas.
CHARLES
SPURGEON - (Dev. “LECTURAS MATUTINAS”)