Año 1 - Semana: 49 - Día: 1
LEE Ezequiel
1:1-28 – Ezequiel tuvo una visión extraordinaria que le
mostró la gloria de Dios.
MEDITA. El profeta Ezequiel se encontraba cautivo en
Babilonia y estando junto al río Quebar tuvo una visión de Dios. La descripción
de la visión contiene una rica y compleja simbología que incluye principalmente
cuatro seres (Querubines) con ruedas y un trono ocupado por alguien que parecía
un hombre, rodeado de un resplandor similar a un arco iris.
Este capítulo no es
fácil de entender y la visión de Ezequiel pudiera generar interpretaciones y
hasta especulaciones fantasiosas; pero esa experiencia vivida por el profeta le
mostró que Dios estaba presente aun en esa tierra de cautiverio. Para los
pueblos de esa época los dioses estaban confinados a determinados lugares y
santuarios. Aun los judíos no concebían
la presencia de Dios fuera de su tierra y su santuario, de tal forma que en
su exilio se desalentaban al estar lejos de su patria y del templo.
El Señor manifestó su
gloria en ese lugar como una evidencia de su omnipresencia y como una muestra
patente de acompañamiento para su pueblo. Es interesante que el lugar donde se
desarrollaron estos acontecimientos sea el mismo que ocupa el moderno Irak.
Podemos extraer algunas aplicaciones para nuestro tiempo respecto a la acción
de Señor en todas las naciones. Dios no está confinado a un santuario o a un
país, sino que se manifiesta en todas la naciones a través de personas que le
son fieles. El pueblo de Dios no es abandonado dondequiera que esté.
APLICA. ¿Eres consciente de que la gloria de
Dios no tiene límites geográficos, culturales ni de otra índole? ¿Estás
viviendo lejos de tu patria o de tu familia? ¿Te sientes solo, derrotado?
¡Anímate! El Señor está a tu lado.
ORA. Padre, te pido que acompañes a tu pueblo en todas partes.
UNIÓN BÍBLICA INTERN. - (Dev. “ENCUENTRO CON DIOS”)