INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE MIQUEAS
¡OIGANME TODOS!
El profeta Miqueas,
cuyo nombre significa “¿Quién es como Jehová?”, fue contemporáneo con el
profeta Isaías, en el siglo VII a.C. y aunque Isaías es el referente de su
época, la autoridad profética de Miqueas es legalizada por Jeremías quien lo
cita en Jeremías 22:18 y por el propio Señor Jesucristo en Mateo 10:35-36
repitiendo Miqueas 7:6. El estilo de Miqueas es diferente al de Isaías, vivaz,
dinámico y rápidamente cambiante de juicio a promesa, de un tema a otro, aún de
auditorio. Sin embargo, existe un paralelo muy interesante con Isaías, lo cual
confirma la fuente de inspiración divina que ambos tienen en común (comparar
Miq. 1:9-16 con Isaías 10:28-32; Miq. 2:1-2 con Isa. 5:8; Miq. 3-5-7 con Isa.
29:9-12; Miq. 3:12 con Isa. 32:14-15, entre otros).
Miqueas profetizó en
Jerusalén durante los reinados de tres reyes (1:1) y centró su temática en la
corrupción moral imperante en sus días y en el mensaje mesiánico. El libro
consiste en tres discursos proféticos, que comienzan de la misma manera, con un
llamado a prestar atención.
* Primer discurso:
“Oíd, pueblos todos” (1:2). Miqueas predice la futura destrucción del Reino del
norte, su ciudad capital, Samaria, y la cautividad de Judá.
* Segundo discurso:
“Oíd ahora, príncipes de Jacob, y jefes de la casa de Israel” (3:1). Es una
denuncia pública de la desaprobación del Señor al liderazgo de la nación en lo
político y económico, seguido también por una denuncia sobre los falsos
profetas. Termina con la visión de la restauración de Israel y anuncia el lugar
de nacimiento del Mesías, quién es él y el establecimiento de su Reino.
* Tercer discurso:
Finalmente dirigiéndose a todo el pueblo de Israel: “Oíd ahora lo que dice
Jehová” (6:1), para formularles una muy solemne plegaria. Mientras les hace
saber sus demandas, también les extiende su amante misericordia y compasión y
les asegura que los enemigos serán abatidos hasta el polvo. Los últimos tres
versículos del libro son un cántico de liberación y reconciliación con Dios.
Los tres discursos constituyen un mensaje progresivo. Comienza señalando el
pecado y el juicio condenatorio, continúa mostrando la salvación y gloria del
Mesías y culmina invitando al pecador al arrepentimiento, a volver al Dios en
cuyos brazos hallará perfecta compasión y perdón.
¿No es este también
el mensaje que nos llega a nosotros habiendo Jesús consumado la obra de
expiación en la cruz del Calvario? Seguramente al leer este libro durante la
próxima semana tendremos muchas oportunidades para identificarnos a nosotros
mismos y a nuestra sociedad contemporánea en las palabras de Miqueas. El que
tenga oídos para oír, oiga... y actúe en obediencia para bendición. Paul Owen
Argentina
Año 1 - Semana: 50 - Día: 3
LEE Miqueas 1:1-16
–
Dios siempre advierte de pecado primero, luego anuncia su juicio y finalmente
lo ejecuta.
MEDITA. Miqueas convoca a todos los pueblos de la tierra a
presenciar el juicio de Dios contra el pueblo de Israel (2-5). El versículo 4
describe la indignación del Santo Dios. El enojo de Dios contra Israel fue a
causa de las imágenes talladas e ídolos que llenaban a Samaria. El Reino del
Sur, Judá, también hizo lo mismo (Jer. 32:31-35).
Al hallarles
culpables Dios sentencia completa destrucción (6-7) y Miqueas expresa su
profundo dolor ante el juicio divino (8-9). Los versículos finales de este
capítulo describen el avance del ejército asirio sobre Israel. Miqueas hace un
juego de palabras con el significado de los nombres de las ciudades y pueblos:
1. Hacer silencio en
Gat. ¿Por qué? La respuesta está en 2 Samuel 1:20.
2. Bet-le-afra:
ciudad del polvo. Dice: "Revuélcate en el polvo de la ciudad del
polvo".
3. Safir significa
belleza. Irónicamente, "pásate desnudo y con vergüenza".
4. Zaanán significa
marcha. De la ciudad donde se marcha, nadie sale.
5. En Betesel, la ciudad
de raíces firmes, no encontrarán apoyo.
6. Marot es amargura.
Anhelaron el bien pero recibieron la carga del ejército asirio.
7. Moreset-gat (donde
se prensan las uvas para vino). Regalos por vino que no hallarán.
8. Aczib: ciudad de
mentira. En ella ponían sus esperanzas; será una esperanza falsa.
9. Maresa significa
"herencia" o "a la cabeza". Ambos significados tienen
aplicación en las palabras de Miqueas, porque los que poseerán Maresa serán
otros, los asirios.
APLICA. Dios se rió de las fortalezas de
Israel y las destruyó porque la nación lo reemplazó a Él por obras de sus
manos. Considera si has obrado como Israel y reafirma tu fe y confianza sólo en
Dios.
ORA. Señor, tú eres mi fortaleza, la Roca eterna sobre la cual
edifico mi vida este día. Las obras de mis manos ofrezco en tu altar.
UNIÓN BÍBLICA INTERN. - (Dev. “ENCUENTRO CON DIOS”)