“… te pondré
como anillo de sellar; porque yo te escogí, dice el Señor de los ejércitos.” Hageo 2:23
(Leer: Hageo 2:15-23)
La primera persona que conocí más de cerca en el
extranjero tenía un elegante acento inglés y un anillo en su dedo meñique. Al
tiempo, me enteré de que el anillo no era una simple joya, sino que tenía
grabado el escudo de su familia.
Se parecía un poco a un anillo de sello; tal vez, como el
que se menciona en Hageo. En este breve libro del Antiguo Testamento, el
profeta llama al pueblo de Dios a reanudar la reconstrucción del templo. Tras
el exilio, habían regresado a su tierra natal para comenzar el trabajo, pero
los enemigos del proyecto los habían detenido. Su mensaje incluye la promesa de
Dios a Zorobabel, el líder, quien había sido escogido y apartado para la obra,
como un anillo de sello (Hageo 2:23).
En la antigüedad, esos anillos se usaban para
identificarse. En vez de firmar, se
presionaba un anillo en cera caliente o arcilla blanda para imprimir una marca.
Como hijos de Dios, nosotros también imprimimos una marca en el mundo al
difundir el evangelio, hablarles de la gracia del Señor a nuestros vecinos y
trabajar para poner fin a la opresión.
Todos tenemos una señal única que revela que fuimos
creados a imagen de Dios y que expresa nuestra mezcla particular de talentos,
pasión y sabiduría. Como un anillo de sello, produzcamos un impacto en el
mundo.
Señor, ayúdame hoy a identificarme como tu hijo.
Somos herederos y embajadores de Dios, y anunciamos su
amor a todo el mundo.
(La Biblia en
un año: Apocalipsis 20:1-15)
AMY BOUCHER PYE
- (DEVOCIONAL “NUESTRO PAN
DIARIO")