“… unánimes, a
una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.” Romanos 15:6
(Leer: Romanos 15:1-7)
Mientras un hombre abordaba un tren en Perth, Australia,
se le trabó la pierna entre la plataforma y un vagón. Los guardias de seguridad
no podían liberarlo, entonces, coordinaron los esfuerzos de casi 50 pasajeros,
quienes, a la cuenta de tres, empujaron el tren hacia el costado. Ese trabajo
en conjunto desplazó el vagón lo suficiente para liberar la pierna del hombre.
En muchas de sus cartas, Pablo destacó el potencial del
trabajo en conjunto de los cristianos de las primeras iglesias. Instó a los
creyentes en Roma a que se aceptaran unos a otros como lo había hecho Cristo
con ellos: «Dios […] os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús,
para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo» (Romanos 15:5-6).
La unidad con
otros creyentes nos permite comunicar la grandeza de Dios y nos ayuda a
soportar la persecución. A los
filipenses, los alentó a estar «firmes en un mismo espíritu, combatiendo
unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen»
(Filipenses 1:27-28).
A Satanás, le encanta dividir para vencer, pero sus
esfuerzos son inútiles cuando, con la ayuda de Dios, somos «solícitos en
guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz» (Efesios 4:3).
Señor, ayúdanos a experimentar la unidad en ti.
Nuestra unidad es fruto de nuestra unión con Cristo.
(La Biblia en
un año: Hebreos 10:19-39)
JENNIFER BENSON
S. - (DEVOCIONAL “NUESTRO PAN
DIARIO")