“Así también vosotros consideraos muertos al
pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.” Romanos 6:11
En el
maravilloso capítulo sexto de Romanos, Pablo presenta tres técnicas para vivir
por gracia, por encima del dominio del pecado. Encuentro a cada uno ligado a un
término particular que utiliza:
* Saber: ¿O no sabéis que todos los que hemos
sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Sabiendo
esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el
cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
Sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte
no se enseñorea más de él. (v3, 6, 9)
* Considerar: Así también vosotros consideraos
muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. (v11)
* Presentar: ni tampoco presentéis vuestros
miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros
mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos
de justicia. (v13)
Para que
podamos vivir libres del control del pecado, libres del viejo hombre, con el
poder de andar en un nuevo estilo de vida, debemos saber algo, considerar algo
y debemos presentar algo.
Cristo murió
por nosotros en la cruz. Fue levantado de los muertos por nosotros. Cuando
creímos en la muerte y resurrección del Salvador, fuimos sumergidos en la misma
escena. Nuestra identidad fue cambiada. No lo sentimos, no lo vimos, no lo
escuchamos, pero sin embargo ocurrió. Cuando vinimos a Cristo, fuimos colocados
en Él, Su muerte se convirtió en nuestra, Su resurrección victoriosa se convirtió
en nuestra, Su despertar a una nueva vida se convirtió en nuestro despertar, Su
poderoso caminar se convirtió en nuestro
poderoso caminar. Antes de que podamos experimentar los beneficios de todo eso,
debemos conocerlos. La vida cristiana no
es tropezar con la esperanza de mantener el paso con el Salvador. Él vive en mí
y yo vivo en Él. Y en esta identificación con Él, Su poder se convierte en
mío. Su misma vida se convierte en mi vida, garantizando que Su victoria sobre
el pecado la puedo reclamar como mía. Ya no necesito vivir como un esclavo del
pecado.
Ahora, Y si
morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo,
habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más
de él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto
vive, para Dios vive. (V8-10)
Conocerás a
cristianos bien intencionados que enseñan el crucificarse a sí mismos. Pero te
tengo buenas noticias: ¡Eso ya fue hecho! Tú estás en Cristo, Él fue
crucificado una vez y para siempre. Él murió por ti para que tú no tuvieras que
morir nuevamente. Debido a que tenemos nuestra identificación con Él, tenemos
todo el poder necesario para vivir el resto de nuestras vidas sobre la escoria
del pecado. La muerte al pecado es un hecho realizado, un acto terminado. Un
asunto que ha quedado arreglado. Un caminar victorioso comienza con conocer
este hecho. La proclamación de emancipación de Cristo ha dado muerte a todo el
asunto de la esclavitud al pecado. Habiendo muerto al poder del pecado, ahora
somos libres para servir a nuestro nuevo Maestro.
CHARLES SWINDOLL - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)