“Si el hijo os libertare [os hace hombres libres],
seréis verdaderamente libres.” (Juan 8:36 RVR1960)
Vivimos en un
mundo donde la presión social es muy considerable. Otros nos marcan la pauta y
nosotros llevamos su moda, conducimos sus automóviles, citamos sus dichos o
hacemos lo que nos piden. En algunos casos no importa mucho pero cuando se
trata de la dirección de tu vida es otra historia. Jesús dijo: “Si el Hijo os
libertare [os hace hombres libres], seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36
RVR1960), lo que significa es que eres libre de la presión que otros te
imponen; libre para ser la persona que Dios quiso que fueras; libre para buscar
soluciones en Dios en lugar de fijarte en los humanos. La Biblia dice: “No
puede el hombre recibir nada a menos que le sea dado del cielo” (Juan 3:27). Cuando profundizas te das cuenta de que en
el fondo muchos de nosotros nos debatimos con inseguridad. Somos
competitivos, siempre comparándonos con otros.
Tenemos envidia
de sus posesiones, de sus capacidades y de sus logros. Nos damos cuenta de que
buscamos igualarnos a ciertas personas y queremos ser como ellas. Al hacerlo
nos frustramos, porque estamos operando fuera del llamado de Dios. En otras
palabras, no somos nosotros mismos. Debemos entender esto: la vida cristiana es
una carrera y debes correr en tu propia pista. Nunca disfrutarás la plenitud de
las bendiciones de Dios hasta que te propongas ser la persona que Él dispuso
que fueras. En este día mírate al espejo y di: ‘Soy lo que soy; no puedo ser
alguien distinto a quien Dios dispuso. Por lo tanto, me voy a centrar en ser la
mejor versión de mí mismo y disfrutar de
cada momento del proceso’.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")