“Aun en la
vejez fructificarán…” Salmo 92:14 (Leer: Salmo 92:12-15)
Una vez, encontré un dicho popular sobre la pesca en una
obra del siglo II a.C. del escritor griego Eliano: «Entre Berea y Tesalónica
corre un río llamado Astreo. […] hay en él peces [truchas] de un color
moteado». Luego, describe un «cebo para los peces, […] que apela a una
inteligente astucia. Cubren el anzuelo con lana purpúrea y encajan en la lana
dos plumas […]. Sueltan los pescadores el engaño, y el pez, atraído y excitado
por el color, […] imaginando […] un prodigioso banquete, abre la boca ampliamente»
(Historia de los animales).
Hoy, los pescadores siguen usando este cebo llamado pluma
roja. Descrito por primera vez hace más de 2.200 años, sigue utilizándose como
un ardid para atrapar truchas.
Cuando leí esa obra, pensé: No todo lo viejo está pasado
de moda; en especial, las personas. Si
con una vejez de satisfacción y alegría mostramos a los demás la plenitud de
Dios, seremos útiles hasta el final. En lugar de enfocarnos en problemas de
salud y en el pasado, podemos disfrutar la paz y el ánimo de haber envejecido
con el Señor. «Plantados en la casa del Señor, en los atrios de nuestro Dios
florecerán. Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes» (Salmo
92:13-14).
Señor, gracias porque vejez no significa inutilidad.
A medida que los años se van acumulando, la fidelidad de
Dios sigue aumentando.
(La Biblia en
un año: 1ª Pedro 4:1-19)
DAVID H. ROPER -
(DEVOCIONAL “NUESTRO PAN DIARIO")