“…los animó en su trabajo en el templo del Señor.”
(2 Crónicas 35:2 NTV)
La Biblia
relata que el rey Josías “…asignó a los sacerdotes sus responsabilidades y los
animó en su trabajo en el templo del Señor.” (2 Crónicas 35:2 NTV). El monarca
hizo dos cosas: les dio instrucciones y los animó, porque ambas cosas deben ir
de la mano. ¿Cuántas veces has salido de la iglesia inspirado, positivo y con
el ánimo levantado gracias al sermón? ¿Y le has comunicado alguna vez al pastor
la bendición que eso ha supuesto o le has mandado un email reconociendo su
ministerio? Los pastores reciben muchas más críticas que reconocimiento. ¿Sabías que alrededor de un 37 por ciento
de ellos abandona el ministerio por causa del desánimo?
Hasta el mismo
apóstol Pablo se desanimó: “Cuando llegamos a Macedonia, nuestro cuerpo no tuvo
ningún descanso, sino que nos vimos acosados por todas partes; conflictos por
fuera, temores por dentro. Pero Dios, que consuela a los abatidos, nos consoló
con la llegada de Tito, y no sólo con su llegada sino también con el consuelo
que él había recibido de vosotros. Él nos habló del anhelo, de la profunda
tristeza y de la honda preocupación que vosotros tenéis por mí, lo cual me
llenó de alegría” (2 Corintios 7:5-7 CST).
Tito alentó a
Pablo de dos formas:
1) Con su presencia. “…Nos consoló
con la llegada de Tito…” (v.6). Te guste o no, cuando no vas a la iglesia, tu
mensaje es: ‘Pastor, su mensaje no merece la pena ser escuchado’.
2) Con su ánimo. “Él nos habló del anhelo … lo
cual me llenó de alegría” (v.7). Esta semana, busca la oportunidad de animar a
tu pastor.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")