“el amor de unos por otros, [está] creciendo” (2ª
Tesalonicenses 1:3 NTV)
Cuando Pablo
dice “el amor de unos por otros está creciendo”, no está hablando de un amor
donde la vida es perfecta y todo el mundo se amolda a ti. El propósito de Dios
es que crezcas en la clase de amor que no se define por los sentimientos, sino
un amor de sacrificio que dice: “Ya no vivo yo; mas vive Cristo en mí” (Gálatas
2:20). Es posible estar enamorado con la idea del matrimonio perfecto, sin
querer en realidad a tu pareja. O del sueño de lo que tus hijos podrían llegar
a ser si siguieran tus consejos. Pero cuando tienes que amar a un adolescente
rebelde que actúa como si no fuera de la familia, ese es un proceso de
crecimiento que pone a prueba tu amor. Jesús dijo: “…Como yo os he amado, que
también os améis unos a otros” (Juan 13: 34). Y Él nunca nos pide que hagamos
algo sin darnos la capacidad de hacerlo. Entonces, ¿estás dispuesto a crecer en
amor?
La escritora
Kristin Armstrong comentó: “Cuando nos sentimos heridos tendemos a retirarnos.
Pero lo peor que puede hacer un padre es retirarle el afecto a un hijo en
respuesta a su comportamiento. El
corazón del hijo se agranda cuando es nutrido con amor incondicional. El
amor no debe depender del comportamiento, estado de ánimo o circunstancias.
Aunque no seas digno de ser amado, necesitas cariño. Imagínate si Jesús solo
nos quisiera cuando nos comportamos bien. Nunca podríamos gozar de su afecto y
por consiguiente nos marchitaríamos. Y puesto que Jesús es nuestro ejemplo,
debemos amar a otros con la gracia de Cristo. Él nos ama según Su capacidad, no
de acuerdo a nuestros méritos. Nosotros tenemos que amar a los demás … no según
nuestros patrones sino según los Suyos”.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")