EL TRONO
¡Oh Dios de mi deleite!
Tu trono de
gracia es la base del placer de mi alma. Aquí obtengo misericordia en tiempos
de necesidad, Aquí veo la sonrisa de Tu cara reconciliada, aquí pronuncio
felizmente el nombre de Jesús, Aquí afilo la espada del Espíritu, ciño la
coraza de fe, pongo el yelmo de la salvación, cosecho el maná de Tu palabra,
soy fortalecido en todos los conflictos, nunca me esquivo de la batalla capaz
de vencer a todos los enemigos; Ayúdame
a venir a Cristo como la principal fuente de donde las bendiciones proceden,
como la puerta abierta a un diluvio de misericordia. Ahuyéntame mi locura sin
sentido, que con ricos favorece a mi alcance yo sea tardo en entender al malo y
tomarlo. Ten piedad de mi estado mortal a causa de Tu nombre.
Estimúlame,
a llenarme de santo celo. Dame fuerza para que yo pueda aferrarme a Ti y no
dejarte ir. Que Tu Espíritu Modele dentro de mí todas las bendiciones de Tu
mano. Cuando yo no avanzo, retrocedo. Hazme andar humildemente por causa del
bien omitido y del mal cometido. Imprime
sobre mi mente la brevedad del tiempo, y la obra en la cual me involucre,
la cuenta que debe proporcionarse, la proximidad de la eternidad, el pecado
terrible de despreciar Tu Espíritu.
Que nunca
olvide que Tus ojos siempre ven, que Tus oídos siempre oyen, que Tu mano
registradora siempre escribe. Que nunca yo me dé descanso hasta que Cristo sea
el latido de mi corazón; aquel que habla a través de mis labios, la lámpara de
mis pies.
ARTHUR BENNETT - (Dev. "EL VALLE DE LA
VISIÓN")