viernes, 4 de marzo de 2016

El peligro del tradicionalismo 4 marzo





Año 1 - Semana: 10 - Día: 1



LEE Marcos 7:14-23 - Jesús enseña sobre la fuente del pecado.


MEDITA. Ni los ritos, ni el bautismo, ni otros actos litúrgicos pueden limpiarnos de pecado.

El aparato digestivo y el pecado. “Nada hay fuera del hombre que entrando en él, le pueda contaminar” (15, 18). Los fariseos tenían una serie de “lavamientos” con el fin de evitar la contaminación (suciedad espiritual). Jesús demuestra que lo que se come sólo afecta la digestión, no el corazón. Jesús explicó que la verdadera naturaleza de la “contaminación” no es ritual, sino moral.

La concupiscencia y el pecado. “Lo que sale de él, es lo que contamina al hombre” (15, 20). Cualquier acción del hombre contraria a la naturaleza de Dios sale del “corazón”, es decir, es dictada por su intelecto, voluntad y sensibilidad. Entonces la actitud de obediencia o desobediencia con que hacemos las cosas, hará la diferencia entre acciones sucias (pecado) o limpias (santidad).

El corazón y el pecado. “Porque de dentro del corazón de los hombres salen los malos pensamientos, los adulterios” (21). Para el cristiano hay dos clases de santidad: posicional (posición) y progresiva o posesional (posesión). La primera se obtiene inmediata e inmerecidamente cuando recibimos a Cristo como nuestro salvador. Se nos atribuye la justicia de Cristo y Dios nos declara limpios por la sangre de su Hijo. La santidad posesional en cambio, se logra progresivamente cuando aprendemos a no ceder a los deseos de la “carne”.


APLICA. Sin duda, tu apariencia externa, la forma en que mantienes tus cosas dicen mucho de lo que eres por dentro. ¿Estás dejando que el Señor tome control de tu vida? ¿Muestras interés por mantener un buen testimonio?


ORA. Señor, ayúdame a vivir consagrado a ti cada día, manteniendo una conciencia limpia delante de ti.


UNIÓN BÍBLICA INTERN. - (Dev. “ENCUENTRO CON DIOS”)







TRADUCCIÓN