12 MANERAS DE AMAR AL HIJO REBELDE
John Piper introduce estas 12 maneras de amar al hijo rebelde diciendo:
"Mi hijo Abraham, quien habla con base en la sabiduría de la experiencia y
las escrituras, ha escrito el siguiente artículo: Yo lo leí con lágrimas y
risa. Le pregunté inmediatamente si yo podía compartirlo con la iglesia y la
amplia comunidad cristiana. Él accedió, y no hay alegría mayor que ver a sus
hijos caminando en la verdad -y expresarla bien-"
Reflexión de Abraham Piper: Muchos padres están descorazonados y completamente perplejos debido a su
escéptico (a) hijo/hija. Ellos no tienen indicios de las causas por las cuales su hijo, que
criaron bien, toma esas decisiones horribles y destructivas. Yo nunca he sido
uno de dichos padres, sino he sido uno de dichos hijos. Debido a dicha experiencia, ofrezco estas sugerencias para ayudarle a
solucionar esta situación de su hijo rebelde.
1. Guíalo hacia Cristo. El problema real de tu hijo rebelde no son las drogas, sexo,
cigarrillos, pornografía, pereza, crímenes, groserías, deseos, homosexualidad o
pertenecer a una banda de rock. El problema real es que ellos no ven a Jesús
claramente.
Lo mejor que puedes hacer por ellos -y la única razón para considerar
las siguientes 12 sugerencias- es mostrarles a Cristo. Este no es un proceso
sencillo ni inmediato, porque los pecados en las vidas de ellos que tanto te
mortifican y les destruye, solamente empezarán a desvanecerse cuando ellos vean
a Jesús como él realmente es.
2. Ora por él/ella. Solamente Dios puede salvar a tu hijo o hija, por lo tanto continúa
orando y Dios se presentará ante ellos en una forma que ellos no podrán
resistirse a adorarlo.
3. Acepta que algo anda mal. Si tu hija rechaza a Jesús, no pretendas aparentar que todo está bien.
Para cada hijo incrédulo, los detalles serán diferentes. Cada uno necesitará
que sus padres les lleguen en formas únicas. Sin embargo, nunca es aceptable
que dejemos de intentar llegar a ellos. Si tu hijo es incrédulo, no lo ignores. Las vacaciones serán más fáciles, pero la eternidad no lo será.
4. No esperes a que ellos se
parezcan a Jesucristo. Si tu hijo no es cristiano, él no actuará como tal. Sabes que él ha
abandonado la fe, por ende no esperes a que él viva bajo las normas con las
cuales lo educaste. Por ejemplo, podrías estar tentado a decir: “Yo sé que tu
estás luchando por creer en Jesús, ¿pero podrías al menos admitir que
desperdiciar cada día es pecado?” Si él está luchando por creer en Jesús,
entonces no tendrá problema en admitir que emborracharse está mal. Está claro
que tu quieres protegerlo pero la incredulidad de él es el problema más grave
no el salir de fiesta. No importa cómo se manifieste la incredulidad de tu hijo
en su comportamiento, debes enfocarte más en la enfermedad del corazón que en
sus síntomas.
5. Dale la bienvenida a casa. Como la preocupación más importante no son las acciones de tu hijo sino
su corazón, no exijas demasiados requerimientos para que regrese a casa. Si él
tiene cierta voluntad de estar contigo, esto significa que Dios le está dando
una oportunidad de guiarlo nuevamente hacia el amor de Jesús.
Obviamente, existen momentos en los cuales los padres deben dar
ultimátums como: “No regreses a esta casa si...” Pero esto no debería ser a
menudo.
No disminuyas la posibilidad de una oportunidad de reencontrarte con tu
hijo debido a demasiados requisitos. Si tu hija huele a hierbas o a ceniza, limpia su chaqueta y cambia las
sábanas cuando ella salga, pero déjala volver a casa. Si descubres que tu hija
está embarazada, cómprale ácido fólico, llévala al médico, protégela y sobre
todo déjala que regrese a casa. Si tu hijo está arruinado porque derrochó todo
el dinero que le prestaste en mujeres y alcohol, perdónale su deuda así como tu
has sido perdonado, no le des más dinero, pero déjalo que regrese a casa. Si él
ha estado fuera durante una semana por estar en la casa de su novia, pídele que
no siga alejado y que regrese a casa.
6. Rogar es mejor que regañar. Sé moderado con tu decepción. Lo que realmente te preocupa es que tu hija se está destruyendo a sí misma y no que está violando las normas. Trata a tu hija de forma que esto quede claro.
6. Rogar es mejor que regañar. Sé moderado con tu decepción. Lo que realmente te preocupa es que tu hija se está destruyendo a sí misma y no que está violando las normas. Trata a tu hija de forma que esto quede claro.
Probablemente ella sea consciente -especialmente si fue criada como
cristiana- que su comportamiento es incorrecto. Y ella realmente ya sabe lo que
piensas. De tal forma que ella no necesita que le resalten esto. Ella necesita
ver cómo reaccionas ante su mal comportamiento. Tu paciencia y esperanza le
mostrarán que realmente confías en Jesús. Su propia conciencia la puede
condenar.
Los padres deberían actuar firme y amablemente, siempre con la esperanza
de que su hijo regresará.
7. Conéctalo a creyentes que tengan
mejor acceso que tu. En ocasiones puedes estar distanciado de tu hijo en dos niveles:
geográfico y relacional. Si tu hijo rebelde vive lejos, trata de encontrar a un creyente en el
que confíes en su área y pídele que contacte con tu hijo. Esto a tu hijo le puede
parecer estúpido u ofensivo, pero es necesario hacerlo -especialmente si el
creyente en el que pensaste puede relacionarse con tu hijo en un modo en el que
tú no lo has conseguido-.
La distancia en la relación también será un efecto secundario al alejarse
de la fe, por lo tanto tu relación será frágil y debería protegerse en la
medida de lo posible. Pero la reprensión aún es necesaria.
Aquí es donde otro creyente quien tiene acceso emocional a tu hijo puede
ser muy útil. Si hay algún creyente en el cual tu hijo confía y tal vez
disfruta estando con él, entonces ese creyente tiene un medio para decirle a tu
hijo -en una forma que en la que realmente ponga atención- que él se está
portando como un idiota.
Esto puede sonar duro, pero es algo importante que necesitamos
periódicamente y las personas en las que confiamos son las únicas que pueden
darnos una reprimenda y así la asumiremos como algo bueno.
A muchos chicos rebeldes les gustaría oír que se están comportando como
idiotas -y esto es raro que los padres puedan decirlo y sirva de algo- de tal
forma que trata de mantener a otros cristianos en la vida de tus hijos.
8. Respeta a sus amigos. Ellos pueden ir con las multitudes a las que nunca te gustaría hablar o
mirar, pero ellos son los amigos de tu hijo. Respeta eso -incluso si la
relación está fundamentada en el pecado-. Ellos realmente son malos para tu
hijo. Pero él es malo para ellos también. No servirá de nada que digas
abiertamente que ellos no son buenos para tu hijo.
Cuando tu hijo aparezca en una fiesta familiar con otra novia, -una que
nunca habías visto antes y que probablemente no volverás a ver- sé
hospitalario. Ella también es una chica rebelde y necesita a Jesús.
9. Usa las nuevas tecnologías. Agradece a Dios por la tecnología porque te permiten estar en
comunicación permanente y sencilla con tus hijos. Cuando leas algo en la Biblia que te motive y
ayude a amar a Jesús más intensamente, envíaselo a tu hijo. La mejor
exhortación para ellos son los ejemplos positivos de la alegría de Cristo en tu
propia vida.
No te estreses cuando estés escribiendo emails como si cada uno tuviese
que ser especialmente poderoso, no decaigas, deja que el efecto de las
bendiciones de Dios que a ti te ayudan lleguen a la bandeja de entrada de tu
hijo. La palabra de Dios nunca se proclama en vano.
10. Invítalo a comer. Si es posible, no limites la interacción con tu hijo, únicamente por
medios electrónicos. Si puedes reúnete
con él cara a cara. Puedes pensar que esta situación será estresante e
incómoda, pero créeme que es peor estar en la situación de tu hijo -él está
experimentando la misma incomodidad, pero combinada con la culpa- De tal forma
que si él está de acuerdo de reunirse contigo a comer, da gracias a Dios y usa
esta oportunidad.
Podrás sentirte hipócrita hablar sobre su vida diaria, puesto que lo más
importante para ti es su vida eterna, pero inténtalo de todas formas. Él
necesita saber que te preocupas por todas sus cosas.
Luego, antes de terminar la comida, ora para que Dios te dé la sabiduría
que preguntarle por su alma. No sabes como te responderá. ¿Puede que mueva sus
ojos como haciéndote burlas? ¿Se enfadará y se irá? ¿O habrá Dios creado un
efecto desde la última vez que hablasteis? No lo sabrás hasta que lo intentes.
Nota para los padres que tienen hijos jóvenes: Dedica algunos momentos
para salir a cenar con tus hijos. No solamente será beneficioso para él sino
también, después de haber entrado en una etapa de rebeldía, le permitirá
expresar sus sentimientos libremente. Si tu hijo ha estado saliendo a cenar con
su padre los sábados desde que era pequeño, será más difícil para él rechazar
la invitación del padre, (incluso para los
hijos irreverentes de 19 años.)
11. Pon interés en sus asuntos. Si tu hija está rechazando a Cristo a propósito, entonces la forma en
que ella pasa su tiempo probablemente te decepcionará. Sin embargo, encuentra
el valor de sus intereses si es posible y motívala.
Solías ir a verla actuar en la escuela cuando ella tenía 10 años; ¿qué
puedes hacer ahora que ella tiene 20 años de edad para demostrarle que todavía
te preocupas por ella? Jesús pasó momentos con recaudadores de impuestos y prostitutas y él no
tenía ninguna relación familiar con ellos. Imita a Cristo siendo esa clase de
padre al que no le importa ponerse unos tapones en los oídos e ir al club nocturno para ver actuar a su
hija. Motívala y nunca dejes de orar para que empiece a usar sus dones por la
gloria de Jesús en vez de la propia.
12. Guíalo hacia Jesucristo. Esto puede ser súper estresante. Es lo más importante. Ninguna
estrategia por llegar a tu hijo/hija durará mucho si el objetivo primordial no
es ayudarles a conocer a Jesús.
No es que ellos vayan a ser buenos niños de nuevo; o que se vayan a
cortar el cabello y comenzar a ducharse; no es que comience a gustarle la
música clásica en vez de su favorita; no es que dejen de avergonzarte en tu
estudio bíblico semanal; no es que se vuelvan a votar por un partido
conservador en las próximas elecciones; tampoco es que puedas dormir
tranquilamente sabiendo que ellos no van a ir al infierno.
La razón más prioritaria de estas 12, de que ore por ellos, les acoja en
casa, ruegue por ellos, les escriba emails o se interese por sus asuntos es que
sus ojos se abrirán a Cristo.
Y no es que sea el único punto -Él es la única esperanza-. Cuando ellos
vean las maravillas de Jesús, la satisfacción será algo completamente distinto
para ellos. Él reemplazará la patética vanidad del dinero o la alabanza del
hombre o la altura o el orgasmo con que están arriesgando su eternidad en estos
momentos.
Solamente la gracia de Dios puede sacarlos de sus peligrosas acciones y
unirlos a él con seguridad, cautivos pero satisfechos.
Él lo hará posible, lo ha hecho con muchos. Ten fe y no desfallezcas.